Abstract

Un grupo de amigos de Harlem en el barrio del Bronx de Nueva York, hacia los años setenta, tomaron un rumbo distinto al de la corriente del momento y empezaron a expresarse de una forma distinta a la de la demás gente. Ellos querían romper con la sociedad del momento. Para ello, crearon su propia música y su propia forma de bailarla. Tanto la música como la expresión de la misma, debían responder a sus intenciones. Así fue, crearon un ritmo muy marcado, machacón, fuerte y salpicado de toda clase de efectos especiales. Crearon un sonido roto, entrecortado al igual que el baile. Debían seguir el ritmo y para ello se valieron de movimientos del disco-dance, artes marciales, acrobacias gimnásticas, etc. Uno de los artífices de esta música fue un tal Afrika Bambaata, que empezó con una música similar a “Looking for the perfect beat” de Soul Sonic Force o Rocket de Herbie Hancok y varias más pertenecientes al Hip Hop y al Rap. A esto añadieron el scratching, que se consigue a base de frotar un disco encima del plato del tocadiscos. Con esto se produce un sonido roto y estridente. Del “screatching” se obtuvo otro sonido más suave y “dulce” al que se le denominó “smurf”.