Abstract

En este artículo se aportan datos experimentales que pueden servir para explicar la distracción momentánea y la pérdida de rendimiento en el deporte y en la performance humana en general. Bajo el concepto de inhibición, se pone de manifiesto que la presencia de un estímulo extraño causa una reducción del ajuste perceptivo, reducción que disminuye cuando este estímulo se presenta repetidamente. Bajo el concepto de generalización, se muestra cómo la presentación de un estímulo antes de lo que es esperado comporta un decremento en la orientación perceptiva temporal, decremento tanto mayor cuanto mayor es la separación. Una de las principales fuentes de preocupación de los entrenadores deportivos es la falta de concentración que un jugador puede mostrar en un partido o durante un período determinado de competición.
Normalmente la pérdida de concentración se constata más que se explica. Así el entrenador puede afirmar que un jugador ha perdido la capacidad de concentración o, en el caso extremo, puede afirmar que no tiene. Decir que un individuo no tiene capacidad de concentración, o que la ha perdido momentáneamente, significa hablar en
términos disposicionales; es decir, simplemente se constata que un determinado individuo no se concentra. Evidentemente, no se dice nada de por qué se tiene o se pierde la concentración. La psicología aplicada al deporte ha ensayado la aportación de soluciones concretas que facilitaran la concentración individual más allá, también, de una explicación del porqué de la distracción o pérdida de concentración. Los manuales de psicología aplicada, como el de Harris y Harris (1987), han desarrollado todo un conjunto de esquemas, conceptos y técnicas de cara a la mejora del rendimiento deportivo en este aspecto crítico de la concentración.
Por otro lado, la psicología básica y experimental ha intentado encontrar los factores o las variables que pueden incidir en explicar el porqué de la distracción o de la falta de concentración. Como suele pasar, la investigación básica limita sus estudios a determinadas situaciones experimentales como forma de proponer unos principios generales útiles a cualquier situación concreta en el ámbito deportivo y perceptivo en general. Una revisión realizada por Magill (1989) nos sirve como muestra. En esta revisión, diferentes factores que afectan al tiempo de reacción son presentados como factores explicativos de las variaciones de la atención; así, factores como la práctica, la duración del intervalo entre dos estímulos, el número de estímulos indicadores de respuestas diferenciadas, la probabilidad de aparición de un determinado estímulo, etc., son considerados a la hora de explicar un tiempo de reacción más corto o más largo y, por consiguiente, una atención más o menos correcta.
Dos factores, en general poco considerados en la explicación de la distracción pero de gran relevancia explicativa —que no aparecen en la citada revisión— son los factores “inhibición” y “generalización”.
El concepto de inhibición tiene diferentes usos científicos y también en el lenguaje ordinario. No obstante, siguiendo los trabajos básicos de Pavlov (1932/1973) y Skinner (Estes y Skiner, 1941), podemos definir la inhibición como la reducción del ajuste psicológico por presencia de un elemento extraño a una asociación; reducción que será mayor cuanto más extraño sea el estímulo. Tanto Pavlov como Skinner potenciaron estudios utilizando estímulos inhibidores que genéricamente podemos clasificar de emocionales, ya que siempre iban ligados a reacciones de apetencia o aversión. En otro lugar (Roca, 1992) hemos destacado la importancia de este factor en la explicación del rendimiento psicológico en general y en el ámbito perceptivo-motriz en particular. En este trabajo presentamos unos datos que consideramos sugerentes de cara a una explicación básica de la pérdida de concentración, utilizando un estímulo emocionalmente neutro.
En cuanto al factor generalización, hay que señalar que normalmente se lo relaciona con el concepto de transferencia y se lo sitúa, en general, dentro del ámbito explicativo del aprendizaje y el desarrollo psicológico. En un sentido básico, el concepto de generalización hace referencia a los efectos de pérdida de la orientación por la presentación de estímulos que se separen del valor del estímulo esperado. Hay trabajos pioneros que han puesto de manifiesto la existencia de generalización temporal, lo que consideramos de un gran interés explicativo. Nos referimos a dos trabajos ya antiguos de Brown (1939) y Mowrer (1940), los cuales han actuado de inspiradores de investigaciones en el ámbito perceptivo y motriz, para uno de los autores de este trabajo (Roca, 1984; Roca, 1992). En todos ellos, la presentación de un estímulo antes o después del momento esperado por condicionamiento o constancia perceptiva comportaba un decremento en el ajuste psicológico  medido habitualmente en términos de tiempo de reacción.
Inhibición y generalización tienen, además, un aspecto común que los hace más relevantes de cara a la explicación de la distracción: se trata de factores situacionales; es decir, que afectan al rendimiento actualmente y no en la fase de aprendizaje de una orientación. De hecho, la distracción en el deporte y en la ejecución física en general también hace referencia fundamental al decremento del rendimiento por factores situacionales. Los deportistas tienen normalmente muy bien aprendidas y automatizadas unas acciones motrices y la cuestión es que, en un momento determinado, su rendimiento disminuye. Las variables tales como la práctica, predicibilidad, complejidad, contigüidad, etc. no tienen, entonces, valor explicativo. Es por esta razón que hay que poner el acento en aquellos factores o variables que, en un momento determinado, afectan negativamente la performance.