Abstract

La actividad física podría ser considerada como una medida del gasto de energía que realiza un individuo. Sin embargo, en esta demarcación entran en juego otros conceptos que no significan necesariamente lo mismo. Principalmente nos referimos a los conceptos “actividad física”, “ejercicio físico” y “deporte”. La definición de estos términos tiene una gran relevancia teórica y práctica, pues cada uno de ellos precisará de una forma particular de medida. En nuestro caso hemos delimitado el campo de cada uno de estos conceptos de acuerdo a las definiciones que hemos considerado más acertadas:
El ejercicio físico es una subcategoría de la actividad fisica. Es una actividad fisica planeada, estructurada, repetitiva y tiene por objeto el mantenimiento o mejora de uno o más componentes de las aptitudes físicas del sujeto (Caspersen, Powell y Christenson, 1985).
El deporte también es actividad física, pero su elemento diferenciador es la competición. Según Riera (1985), la competición es el eje central alrededor del cual gira toda la actividad deportiva. Sin competición, sin una lucha por la victoria, o la superación personal, no hay deporte.
Por último entendemos que la actividad física es todo movimiento corporal producido por los músculos  esqueléticos que resulta en un gasto de energía. La energía gastada puede ser medida en kilocalorías (Caspersen et al. 1985). De esta última definición, que utilizaremos para realizar este estudio, se desprende que al evaluar la actividad física se han de incluir todas las actividades que realiza un individuo, inclusive el dormir.
La depresión es el otro punto de interés en este trabajo. Creemos que debe ser entendida dentro de otro concepto más amplio; es decir, dentro del concepto de salud. La salud podría ser considerada como un estado del individuo en el cual a nivel médico no se detecta ninguna alteración perturbadora y que es acompañado por una percepción subjetiva de bienestar del propio sujeto. En este sentido, existen numerosos estudios (Bayés, 1984) en los cuales se demuestra la estrecha relación existente entre las variables de tipo psicológico y las variables de tipo físico. Esta circunstancia hace que la diferenciación entre salud y salud mental sea arbitraria. Por esto consideramos a la depresión como una alteración de la salud del individuo.