Los anabolizantes. Mecanismos de acción, efectos fisiológicos y riesgos indeseables para el deportista

Joan Ramon Barbany

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Ramon Barbany, J. (1990). Los anabolizantes. Mecanismos de acción, efectos fisiológicos y riesgos indeseables para el deportista. Apunts. Educación Física y Deportes, 20, 37-50.

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Abstract

“El paciente ingresado, halterófilo, se encontraba en estado lamentable. Padecía lesiones múltiples neurológicas, musculares y articulares. Entre ellas: rotura completa del cuádriceps, del recto interno, luxación de rótula y lesiones múltiples ligamentarias y tendinosas en la rodilla y el codo. Se hallaba inconsciente y era incapaz de articular palabras. Sanó por completo después del correspondiente tratamiento reparador y quirúrgico. Antecedentes: en el momento de su ingreso recibía: •    Metandrostenolona, 60 mg/día por vía oral, •    Propionato de testosterona, 300 mg por vía intramuscular, dos veces por semana. •    Gonadotropina coriónica humana, 10.000 U.I. una vez por semana. Este tratamiento había sido administrado durante las 10 semanas anteriores a la competición. La semana inmediatamente anterior: •    Cipionato de testosterona, 25 mg/día por vía oral. El día precedente al de la competición además se había administrado: •    Furosamida, 15 mg por vía intramuscular. •    Furomasida, 160 mg por vía oral. •    Potasio, 75 mg por vía oral. •    NaC1, 16 tabletas. Obviamente todo ello sin ningún control médico”. El extraordinario aumento de la competitividad deportiva obliga a una mejora constante de la performance deportiva. Para ello el atleta precisa someterse a procedimientos de entrenamiento cada vez más sofisticados y mejor elaborados, aumentar la eficacia biomecánica de sus gestos deportivos, recibir soportes psicológicos y ergogénicos y cumplir estrictamente un calendario de desarrollo de sus actividades, elaborado y diseñado a fin de lograr una potencialización óptima de sus aptitudes. Sólo de esta forma puede mantener ciertas expectativas de obtener el éxito esperado.

ISSN: 1577-4015

Published: Abstract "El paciente ingresado, halterófilo, se encontraba en estado lamentable. Padecía lesiones múltiples neurológicas, musculares y articulares. Entre ellas: rotura completa del cuádriceps, del recto interno, luxación de rótula y lesiones múltiples ligamentarias y tendinosas en la rodilla y el codo. Se hallaba inconsciente y era incapaz de articular palabras. Sanó por completo después del correspondiente tratamiento reparador y quirúrgico. Antecedentes: en el momento de su ingreso recibía: • Metandrostenolona, 60 mg/día por vía oral, • Propionato de testosterona, 300 mg por vía intramuscular, dos veces por semana. • Gonadotropina coriónica humana, 10.000 U.I. una vez por semana. Este tratamiento había sido administrado durante las 10 semanas anteriores a la competición. La semana inmediatamente anterior: • Cipionato de testosterona, 25 mg/día por vía oral. El día precedente al de la competición además se había administrado: • Furosamida, 15 mg por vía intramuscular. • Furomasida, 160 mg por vía oral. • Potasio, 75 mg por vía oral. • NaC1, 16 tabletas. Obviamente todo ello sin ningún control médico". El extraordinario aumento de la competitividad deportiva obliga a una mejora constante de la performance deportiva. Para ello el atleta precisa someterse a procedimientos de entrenamiento cada vez más sofisticados y mejor elaborados, aumentar la eficacia biomecánica de sus gestos deportivos, recibir soportes psicológicos y ergogénicos y cumplir estrictamente un calendario de desarrollo de sus actividades, elaborado y diseñado a fin de lograr una potencialización óptima de sus aptitudes. Sólo de esta forma puede mantener ciertas expectativas de obtener el éxito esperado.