Abstract

La buena marcha de una clase depende de la relación que se establezca entre el profesor y sus alumnos. En la propia aula, sin reparar en las condiciones exteriores, el profesor es el responsable de esta relación. El profesor es quien invita a la mente y al alma del alumno a participar en la relación y contribuir a su desarrollo. El profesor es quien enciende y atiza el fuego. No obstante, todo profesor se suele plantear algunas preguntas: ¿es posible mantener una buena relación? ¿Cómo puedo implicar a mis alumnos? ¿Cómo puedo mantenerme yo mismo motivado mientras estoy en clase? Las tres erres para los profesores se ofrecen como posible paradigma para mantener un buen ritmo de enseñanza. “Reflexionar”, “refinar”, “revitalizar” son tres pasos en un proceso dinámico, cada uno de ellos es en sí un proceso imperativo, una fuerza muy personal y privada. Sin embargo, las tres erres se entrecruzan constantemente para crear nuevas realidades para profesor y alumno. El Espectro de estilos de enseñanza (Mosston y Ashworth, 1990) ofrece al profesor un conjunto de opciones de enseñanza que puede ser usado como pauta para la reflexión. Un profesor puede plantearse a sí mismo las siguientes preguntas: ¿en qué lugar de este espectro estoy situado? ¿Cuántos de estos estilos de enseñanza uso en mis clases? ¿Conozco el impacto de cada estilo en mis alumnos? ¿Estoy anclado en algún estilo en particular? ¿Estoy abierto a las innovaciones en este campo?

La buena marcha de una clase depende de la relación que se establezca entre el profesor y sus alumnos. En la propia aula, sin reparar en las condiciones exteriores, el profesor es el responsable de esta relación. El profesor es quien invita a la mente y al alma del alumno a participar en la relación y contribuir a su desarrollo. El profesor es quien enciende y atiza el fuego. No obstante, todo profesor se suele plantear algunas preguntas: ¿es posible mantener una buena relación? ¿Cómo puedo implicar a mis alumnos? ¿Cómo puedo mantenerme yo mismo motivado mientras estoy en clase? Las tres erres para los profesores se ofrecen como posible paradigma para mantener un buen ritmo de enseñanza. “Reflexionar”, “refinar”, “revitalizar” son tres pasos en un proceso dinámico, cada uno de ellos es en sí un proceso imperativo, una fuerza muy personal y privada. Sin embargo, las tres erres se entrecruzan constantemente para crear nuevas realidades para profesor y alumno. El Espectro de estilos de enseñanza (Mosston y Ashworth, 1990) ofrece al profesor un conjunto de opciones de enseñanza que puede ser usado como pauta para la reflexión. Un profesor puede plantearse a sí mismo las siguientes preguntas: ¿en qué lugar de este espectro estoy situado? ¿Cuántos de estos estilos de enseñanza uso en mis clases? ¿Conozco el impacto de cada estilo en mis alumnos? ¿Estoy anclado en algún estilo en particular? ¿Estoy abierto a las innovaciones en este campo?