Abstract

Dado que el medio ejerce una gran influencia en la formación del adulto como organismo acabado, resulta evidente que su influencia sobre un niño, como organismo delicado, maleable y en vías de constitución será mucho más importante. El niño, al que se obliga desde que nace a vivir en un medio creado por el adulto, gasta un potencial precioso de fuerzas para adaptarse y no para perfeccionar su desarrollo físico y psíquico. Se tiene que tomar conciencia de las necesidades concretas del niño y no en función de las del adulto. Por esto nos hemos planteado escribir sobre las necesidades del niño ante este medio, para sensibilizar a todos los «educadores» que tan cerca estamos de él. Contribuiremos a mejorar su educación integral. Las salidas escolares permiten a los protaGores de educación física favorecer una convivencia diferente a la que se da en la escuela y parecida a la de su casa, con niños de la misma edad, para ofrecer nuevas experiencias a su desarrollo motriz, tan valiosas en este estadio de su evolución, así como plantearles nuevas formas de recreación, concentración, expresión, atención, actitudes, etc. Finalmente, y por encima de todo, creemos que las salidas son suficientemente motivadoras en sí mismas como para que el niño goce, se exprese y se ofrezca de una manera espontánea hacia toda esa formación