Abstract

La creciente conciencia social de la necesidad de una educación del propio cuerpo, tiene para los profesionales, como contrapartida, la necesidad de cubrir un abanico cada vez más amplio de prestaciones. Una parte fundamental de este requerimiento está relacionado con la música, más concretamente con la actividad física que de ella se deriva: la danza. El baile ha cumplido fundamentalmente dos funciones a lo largo de la historia. Ha sido un espectáculo, pero sobre todo hay que considerarlo como una actividad de relación social. Sucede, además, que mucha gente halla placer en la audición de música y en su expresión corporal, y consecuentemente pretende perfeccionar ésta última acudiendo a centros especializados. Ahí es donde el educador debe disponer de la herramienta adecuada para dar cumplida respuesta a lo que se solicita de él. La gimnasia-jazz es, en sí misma o como preámbulo de la danza-jazz, una de las materias que más auge tiene dentro de este campo. Infinidad de estudios de danza con infinidad de bailarines imparten, con mayor o menor fortuna, esta especialidad, pero desgraciadamente nos encontramos en nuestro país en la más absoluta indigencia en cuanto a material didáctico se refiere. Las clases se dan, como en tantas otras técnicas, o bien en centros privados (gimnasios, escuelas de danza), o bien en centros públicos formando parte de la asignatura de educación física. En los centros privados el enfoque es esencialmente comercial, y los hay de dos tipos: aquellos que explotan vanidosas pretensiones de la familia y aquellos otros en que se persigue una supuesta profesionalización de los asistentes. En los primeros se explota el deseo de hacer del niño/a una estrella precoz, corriendo el peligro de deformar su físico y su carácter en el caso de querer dedicarse posteriormente a una práctica más seria de cualquier técnica, y nos encontraremos con la dificultad de vicios adquiridos por una mala enseñanza/ metodología. Los individuos que asisten al segundo tipo de centros descritos suelen tener un bagaje técnico muy elevado, asistir a clase puede ser para ellos de algún modo una prolongación del ensayo o una preparación para llegar a un nivel profesional. En cuanto a la presencia de la gimnasia-jazz en los centros oficiales, ésta se realiza de forma totalmente espontánea, por decisión propia del profesor de educación física de cada centro.