Abstract

Actualmente, el deporte tiene vínculos de poder altamente significados en los distintos medios sociológicos humanos. Tiene un poder de convocatoria que difícilmente alcanzan los partidos poíticos, los sindicatos, asociaciones profesionales, etc… Es también un poderoso instrumento de ocupar espacios de comunicación, sea escrita, verbal, visionada, etc… Es un poderoso medio político para conseguir una “visión” importante de la capacidad que tienen los gobiernos de organizar y desarrollar objetivos que tienen una gran rentabilidad política. Es un poderoso instrumento económico, generando puestos de trabajo e invirtiendo en numerosas empresas de forma directa o indirecta. Es capaz de aglutinar clases sociales que difícilmente podrían interactuar, provocando “un hecho sociológico inédito” en las últimas décadas. Todo ello, crea una situación totalmente nueva y que no encuentra parangón en las relaciones humanas del siglo XX. Sin embargo, parece ser que algunos profesionales se cuestionan ciertos planteamientos que proceden del deporte y que son en gran parte la esencia de unas necesidades sociales que surgen y que no son exclusivistas del movimiento político gobernante, en realidad son del pasado y del momento en que vivimos y que no podemos obviar. Por ello, creemos en el regeneracionismo del deporte dentro de la actividad física no como un modelo del mismo sino más como una parte integrante, pues históricamente la actividad física es inherente al hombre como la propia espiritualidad.