Abstract

Muy recientemente se han escrito numerosísimos libros y artículos, y se han organizado muchos seminarios y talleres dedicados a la psicología del deporte. De pronto, la psicología del deporte se ha convertido en la «gran novedad» dentro del área de la ciencia del deporte. Pero incluso aquellos entrenadores y profesores que han leído todos los libros y que han asistido a algunos de los talleres y seminarios no pueden explicarnos qué es la psicología del deporte ni cómo debemos proceder a la hora de practicarla. Ello explica también el hecho de que todavía no se emplee lo suficientemente la psicología del deporte cuando se trata de practicar entrenamiento mental. Este artículo intenta clarificar qué psicología del deporte debe llevarse a cabo al practicar el entrenamiento mental, y pretende igualmente ilustrar de qué modo pueden prestar su colaboración el entrenador y el psicólogo deportivo con el fin de ayudar al atleta a alcanzar durante la competición una resistencia mental. Pero antes de empezar, quisiera plantear un punto muy importante: ¿es posible y deseable que el entrenador practique él mismo las técnicas de entrenamiento mental antes de aplicarlas a sus atletas? No es imprescindible disponer de un psicólogo especializado en el deporte y cuyo entrenamiento sea absoluto para que asista a todas las sesiones de entrenamiento mental. Con todo, es necesario contar con un psicólogo deportivo que supervise el entrenamiento mental, de modo que queden protegidos a lo largo de toda la sesión los intereses y necesidades de cada atleta. Solamente un psicólogo deportivo plenamente entrenado puede hacer frente a la totalidad de problemas que pueden presentarse y poner en práctica todas las estrategias de entrenamiento mental en un programa verdaderamente completo de esta disciplina. Ello no significa tampoco que ninguno de nosotros no sea capaz de empezar a introducir el entrenamiento mental en sus propios atletas. Es éste un punto de capital importancia.