Abstract

Lo más frecuente, y hasta lógico, es que siempre que se hable de ciclismo se piense inmediatamente en las grandes competiciones internacionales y se evoque el nombre y los triunfos de los grandes campeones profesionales de la bicicleta. Pero, hay también una modalidad ciclista que, precisamente, está al alcance de un número ilimitado de practicantes, es decir, el cicloturismo. Este término nombra la práctica del ciclismo que une deporte y cultura, ejercicio físico y formación. Una modalidad de ciclismo que puede deparar además jornadas excelentes de amistad y camaradería y que, a su vez, contiene múltiples variedades y opciones, adaptables a todo tipo de practicantes. Abarca tanto el recorrer unos kilómetros en bicicleta cerca de casa como la realización de un largo viaje por el extranjero con objetivos deportivos y turísticos perfectamente planificados. No hay pues una definición exacta del cicloturismo. Ya que este término incluye todas las formas de ciclismo recreativo, ésto es, no competitivo. Designa la actividad desarrollada en bicicleta con fines a la vez deportivos, turísticos y de disfrute, excluyéndose expresamente todo lo que sea competición o el desplazamiento con la bicicleta con fines exclusivamente utilitarios. Los límites, como se ve, son poco precisos; pero la expresión refleja lo fundamental: ciclismo y turismo, no faltando en cualquier caso, el deporte y el placer cultural. La bicicleta es una máquina de belleza sencilla, cuyo origen histórico puede remontarse hasta el siglo XVIII que ha sabido incorporar lo último de la tecnología, y que con el cicloturismo se convierte en un buen pasaporte hacia un mundo de salud, cultura, ecología, formación humana y de convivencia democrática.