Este libro tiene como objeto reivindicar la actividad motriz como fuente de aprendizaje y conocimiento teórico y práctico. Su enfoque da un paso más allá en la difícil tarea de revalorizar el tratamiento pedagógico de la actividad motriz, ante la tendencia —todavía dominante— a considerarla un fenómeno exclusivamente de ejercicio físico. Así, los autores apuestan por una motricidad que forme parte de un enfoque globalizador, que integra de manera dinámica las diferentes habilidades y capacidades motrices del ser humano, a raíz de la definición de los autores de la motricidad como: “manifestación cinésica del cuerpo humano que, al mismo tiempo, es significativa, emotiva y cognitiva” (Castañer y Camerino, 2022, p. 15). Con este planteamiento, los autores dan sentido y sustancia al famoso aforismo de Ommo Gruppe, de los años 70, en el que se afirma que la educación siempre será algo más que la educación física, aunque seguro que tampoco estará completa sin ella.  

Figura 1

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Los lectores interesados en la temática de este libro encontrarán que la estructura de su contenido está pensada para garantizar una lectura amena y, al mismo tiempo, rigurosa y muy bien fundamentada, con reflexiones teóricas y evidencias empíricas, extraídas tanto de artículos científicos actualizados como de la praxis docente. Asimismo, se debe valorar el esfuerzo de los autores a la hora de seleccionar la información sustancial y necesaria para desarrollar cada uno de los capítulos que constituyen la obra y, sobre todo, para resolver con precisión y eficacia todas aquellas reflexiones o preguntas que puedan surgir para profundizar en cada uno de los bloques temáticos del libro. 

Haciendo un rápido recorrido por la geografía de esta obra, cabe señalar que la aventura de leerla empieza con la propuesta de un enfoque dinámico e integrado de la motricidad (EDIM), a la vez que se nos presenta el planteamiento de partida y sus intenciones (capítulo 1). Una vez hecho, el recorrido continúa con un análisis de las habilidades motrices en cuanto a su forma, función y evolución (capítulo 2). A partir de aquí, los autores se adentran en el mundo de las capacidades motrices. En primer lugar, en el de las capacidades perceptivomotrices que configuran la somatognosia o el conocimiento de uno mismo (capítulo 3) y la extereognosia o el conocimiento del espacio y tiempo que ocupa nuestro cuerpo en el entorno (capítulo 4), siguiendo con las capacidades físico-motrices (capítulo 5) y acabando el recorrido con las capacidades sociomotrices (capítulo 6). El capítulo 7 cierra la lectura de este libro aportando unas reflexiones que son clave para entender de qué manera las habilidades y las capacidades motrices desglosadas en los capítulos precedentes se integran e interrelacionan para favorecer el desarrollo de una motricidad inteligente y, por lo tanto, útil y necesaria para alcanzar una vida satisfactoria y en plena armonía con uno mismo, los demás y el mundo que nos rodea.