Abstract

En la actualidad, hacer comentarios sobre las actividades físicas adaptadas o bien sobre deporte adaptado nos permite ubicarnos en un universo de la actividad física muy concreto y que recoge aspectos específicos que no describe la actividad física normal.
El amplio espectro de la actividad física ofrece un gran abanico de intervenciones. Así, cuando describimos la actividad física que se adecua a diferentes poblaciones (discapacitados, tercera edad, grupos específicos, etcétera), estamos describiendo lo que se conoce como actividades físicas adaptadas. Estas actividades físicas adaptadas son un prolífico campo profesional que se encuentra en gran medida sin desarrollar y, por tanto, es merecedor de atención y generador de puestos de trabajo.
También desde una perspectiva educativa, el hecho de adecuar los currículos a los sujetos con necesidades educativas especiales en la actividad física adaptada es una tarea pendiente que necesariamente debe comenzar a realizarse con mayor rigor.
La reforma educativa supone que los docentes están preparados en los diferentes ámbitos de la educación. Cuando describimos escolares con necesidades educativas especiales observamos que este supuesto de formación está bastante alejado de la realidad, pues los profesores que se dedican a la enseñanza en general y a la educación física en particular tienen un formación básica —en el mejor de los casos— y, generalmente, disponen de una preparación y de unos recursos deficientes para atender a sujetos con necesidades educativas especiales. Es lógico que esta falta de formación y de recursos propicie que los proyectos educativos y las comunidades educativas no puedan realizar un trabajo coherente y eficaz sobre la motricidad.