Abstract

El waterpolo debe iniciar una nueva singladura dentro de la panorámica deportiva acuática. Puede ser positivo contemplar el ejemplo de la natación, que por el hecho de ser un deporte amateur ha visto limitada la longevidad de sus deportistas: si no cambian en este deporte los criterios de competición, continuarán en franco declive por falta de competitividad, por falta de espectáculo y, en definitiva, porque no hay emoción. Por su parte, el waterpolo se encuentra en un buen momento, que le permite aspirar a convertirse en una actividad acuática principal, por lo que tiene de deporte motivante y entusiasta. En razón de la importancia actual de este deporte es necesario un planteamiento ambicioso de dotación de medios técnicos y estructuras organizativas que puedan contemplar su práctica masiva. Este artículo considera, desde esta perspectiva, las posibilidades futuras del waterpolo en España en cuanto al responsable técnico y el planteamiento que, desde una visión teórica, deberá tener, aunque actualmente esto se pueda considerar especulativo e, incluso, utópico. De todas maneras la tendencia del waterpolo respecto a su mejoramiento y superación está comportando algún tipo de cambio, que sería necesario empezar a debatir.