Abstract

Cuando la gente ve una competición para minusválidos y comenta ¡cómo se esfuerzan estos chicos, que bien está que hagan algo de deporte  o cosas por el estilo, se equivocar] por completo. Yo no hago deporte por entrenamiento, lucho contra una marca y contra unos rivales, porque igual ahora que cuando veía, lo que más me gusta es ganar. Lo que me mueve y creo que nos mueve a todos hacia el deporte es el afán de superarnos y la ambición por competir”. (José Pedrajas, triple medallista olímpico en la Olimpiada para disminuidos físicos celebrada en Seúl). Una de las constantes del comportamiento humano en su devenir histórico ha sido y sigue siendo la realización de ejercicio o actividad física. Las razones de la presencia de la práctica de actividad física en la vida del hombre presenta motivaciones diferentes en función de las características de las distintas sociedades en que éste ha vivido. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que las razones que fundamentan la práctica de actividad física por parte del hombre nacen de sus comportamientos lúdicos, por una parte, y los agonísticos por otra. Esto hace que la antropología moderna considere que lo específico del hombre, consiste en ser un ser activo. El uso de las capacidades y limitaciones que el cuerpo representa o da al hombre, la podemos considerar como parte de su creación cultural. El hombre no puede ser entendido como tal si no es considerando su identidad corporal. Dicha identidad corporal, con sus diferentes posibilidades de manifestación, es una de las formas que define al hombre en algunos de sus aspectos individuales y sociales. Esto hace decir a Mario BENEDETTI, que la identidad individual tiene a menudo relación con el cuerpo mismo, y a Marc BARBUT que tal vez el estudio de las estructuras de los juegos y deportes practicados por las sociedades tenga un rol tan revelador como las estructuras de parentesco.