Abstract

La psicología del deporte tiene una corta historia en la mayoría de países. De hecho, no obtiene su reconocimiento internacional como disciplina independiente hasta el l Congreso Mundial de Psicología del Deporte, celebrado en Roma en 1965. Dos consecuencias importantes de este congreso fueron la fundación de la International Society for Sport Psychology y la posterior aparición, en 1970, del International Journal of Sport Psychology. Por tanto, sólo desde hace unos veinte años esta disciplina ha quedado institucionalizada a nivel teórico y como ámbito de investigación aplicación, con sus correspondientes órganos de difusión. Los primeros psicólogos que se introdujeron en el mundo del deporte estaban interesados, fundamentalmente, en evaluar la personalidad de los atletas y dar solución a los problemas patológicos de éstos a partir de un enfoque clínico. Dicho enfoque entrañaba limitaciones en tres aspectos importantes: a) el de reducir la psicología del deporte a psicología del deportista, de modo que muchos autores se limitaban a estudiar solamente a la persona que realiza la actividad deportiva, sin tener en cuenta a todos los demás miembros que intervienen en las diferentes situaciones deportivas: entrenadores, adversarios, árbitros, directivos, espectadores, periodistas; b) el de internalizar los trastornos del deportista como si se tratase de problemas de su personalidad, su motivación o su ansiedad, sin que aquéllos se analizasen como efectos de la interacción del deportista y los demás sujetos, objetos y situaciones con los que aquél mantenía relación; c) el de circunscribir también el rol del psicólogo del deporte al trabajo con atletas que presentaban problemas emocionales o de personalidad. (Para un tratamiento detallado de estos temas, véase, Riera [1985].)