Resumen

Un problema importante que se plantea en el estudio de las relaciones entre el deporte y determinados grupos sociales es el de los presupuestos de los que se parte. Se dan por supuestos ciertos elementos que, en realidad, no tienen porqué serio. Así, por ejemplo, se puede considerar que el deporte es bueno porque proporciona placer en su realización, sin tener en cuenta que el esfuerzo previo en esta aparición del placer puede ser un revulsivo para ciertos individuos y, en consecuencia, un obstáculo para la práctica deportiva. Valorar el placer después del esfuerzo implica un determinado tipo de ética que supone una cierta manera de vivir el cuerpo. Esta no ha de ser extensible a todo el mundo; muy al contrario, para algunos el placer corporal es un reencuentro suave y no violento con el propio cuerpo del cual no está excluido el esfuerzo violento (el que se exige en un partido, el de una carrera de 100 metros…). Se opta, en cambio, por un trabajo corporal más armónico en el que se da relevancia a otros valores. Querer estudiar el comportamiento deportivo de estos grupos, partiendo de la premisa aludida, implica orientar el estudio desde unos presupuestos erróneos que impedirán entenderlos y, como consecuencia, darán lugar a unos programas de promoción distantes de sus intereses y vivencias. Los jóvenes son un grupo particularmente afectado por este error metodológico.
En vez de dar por supuesto que si los jóvenes no hacen deporte es por factores externos a ellos mismos (falta de instalaciones, de asociaciones…) y que si éstos desaparecieran el problema dejarla de existir, la pregunta pertinente como punto de partida tendría que ser a nuestro entender: ¿cómo se integra el deporte en la vivencia social y cultural de los jóvenes de hoy? Se trata no sólo de encontrar los obstáculos externos a las vivencias de los jóvenes, sino también de entrar en su mundo y ver como integran el modelo deportivo. Nos parece un punto de partida que no excluye las anteriores suposiciones, y lo suficientemente amplio para integrar otro tipo de posibilidades. Nos permite pensar que la práctica deportiva de los jóvenes depende de factores exógenos, endógenos y de sus relaciones. Hagamos un repaso y tratemos de justificar todo esto.