Una nueva herramienta para analizar el ritmo de juego en baloncesto: BASKETRHYTHM
*Correspondencia: Franc García francgarciagarrido@gmail.com
Citación
Miró, A., Iglesias, X., Massafret, M. & García, F. (2025). A new tool to analyze the game rhythm in basketball: BASKETRHYTHM. Apunts Educación Física y Deportes, 161, 50-59. https://doi.org/10.5672/apunts.2014-0983.es.(2025/3).161.06
Resumen
La observación sistemática del ritmo de juego en el baloncesto es fundamental para la planificación de los entrenamientos. Este estudio tuvo dos objetivos: a) crear una herramienta observacional, BASKETRHYTHM, para analizar el ritmo de juego en el baloncesto que integre acciones técnicas y tácticas, así como la duración de las posesiones; y b) realizar un estudio piloto para evaluar el ritmo de juego con esta nueva herramienta. El criterio de expertos mostró una alta validez de BASKETRHYTHM (76% de acuerdo positivo). Los resultados del estudio piloto indicaron que un ritmo de juego más elevado está asociado a una mayor efectividad de las posesiones, y se observaron diferencias significativas entre cuartos y tipos de competición (nacional vs. internacional). Los resultados de este estudio mostraron que BASKETRHYTHM es una herramienta válida y fiable para analizar el ritmo de juego en baloncesto, lo que puede contribuir a optimizar el rendimiento en este deporte.
Introducción
El análisis del juego, que interpreta su lógica interna teniendo en cuenta a los jugadores, el balón, el tiempo y el entorno espacial reglamentario (Sautu Apellániz et al., 2009), permite entender mejor las variables implicadas en el deporte y mejorar el rendimiento de los deportistas durante la competición (Lago, 2022). Así pues, el análisis del juego también es útil para planificar de forma precisa los entrenamientos de los deportistas (Malarranha y Sampaio, 2007; Ortega et al., 2006), ya que ayuda a identificar las demandas físicas requeridas en cada posicióndel deporte (García et al., 2020) y los factores clave que contribuyen a la victoria (Sampaio et al., 2010; Sampaio y Janeira, 2003). El concepto de ritmo de juego se desarrolló en el centro de Barcelona del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC) para estudiar los deportes de equipo desde una perspectiva cualitativa, adaptada a las necesidades del juego. Se centró en la posesión del balón y se definió como la suma de las acciones técnicas y las acciones tácticas, divididas entre el tiempo total de posesión. Se incorporó también el concepto de ritmo eficaz al contabilizar tan solo las posesiones con finalización positiva (Solé, 2017). Este grupo de profesorado del INEFC Barcelona buscaba disponer de indicadores de control del juego, como este ritmo de juego, directamente vinculados a la estructura coordinativa específica de cada deporte que se propuso, junto con el trabajo cognitivo, para buscar la calidad y especificidad en el entrenamiento de los deportes de equipo (Massafret, 2017).
En baloncesto, el ritmo (de juego), entendido como el control de la velocidad en la cual se desarrolla el juego en sus diferentes fases (Malarranha y Sampaio, 2007), es un indicador de referencia de la intensidad del modelo de juego (Solé, 2017) y un elemento fundamental del análisis del juego de los equipos.
Estudios previos muestran que un ritmo de juego más alto proporciona ventajas en momentos decisivos y contribuye a las victorias (Courel et al., 2014; García et al., 2023; Ortega et al., 2006). Evangelos et al. (2005) analizaron partidos internacionales FIBA y observaron que los equipos ganadores realizaban más acciones de contraataque (ritmo de juego alto), que representaban un 10.8% del total de posesiones, en comparación con el 9%de los equipos perdedores. Estas acciones se resolvían rápidamente, con altos porcentajes de acierto (hasta el 97% en situaciones de 1 contra 0) y demostraron una asociación significativa con la victoria (χ² = 4.14; p < .05). Estos datos refuerzan la idea de que un ritmo de juego más elevado, especialmente mediante acciones rápidas y directas, contribuye claramente a la eficiencia y a la clasificación de los equipos, coincidiendo con los resultados de Ibáñez et al. (2003) y Ortega et al. (2006).
Por otra parte, Bazanov y Rannama (2017) estudiaron 197 posesiones en jugadores júnior de la liga estonia y concluyeron que las posesiones ofensivas con altos niveles de actividad mecánica (> 1.0 g), ritmos cardíacos elevados (165-191 bpm) y una alta intensidad colectiva (0.83-1.55) se correspondían con un coeficiente de eficiencia ofensiva superior a 0.90. Estas condiciones, típicas de situaciones de alta velocidad e intensidad, evidencian una relación directa entre el ritmo de juego y la eficacia ofensiva y confirman que un ritmo elevado no solo refleja una mayor exigencia física, sino también una mejor producción ofensiva. Así pues, este mayor rendimiento al que se hace referencia es específicamente una mejor eficacia ofensiva, es decir, un incremento de puntos por posesión, una mayor calidad en las finalizaciones y una mejor capacidad para aprovechar posesiones cortas o rápidas para generar puntos.
Además, investigaciones recientes han evidenciado que la intensidad física y la carga de trabajo durante los cuartos pueden tener un impacto directo en el éxito competitivo. En este sentido, el estudio de Miró et al. (2024) con jugadores U-18 muestra cómo los cuartos ganados presentan valores significativamente superiores en varios indicadores de carga externa, como el Player Load (PL), los pasos por minuto y el Dynamic Stress Load (DSL).
El ritmo de juego se vincula a la eficacia táctica en estudios sobre el baloncesto 3×3 (Sansone et al., 2023). A la vez, el control de la carga de entrenamiento se ha asociado con una menor incidencia lesional y una mejor gestión del rendimiento en baloncesto profesional, un hecho que refuerza la importancia de medir de manera fiable variables como la intensidad y el ritmo de juego (Chan et al., 2024).
La observación sistemática se utiliza ampliamente en el baloncesto, (Arias Estero et al., 2009; Arias Estero, 2012) para analizar elementos que influyen en victorias y derrotas y para diseñar entrenamientos adaptados a los deportistas (Ortega et al., 2006). El ritmo de juego se define según la frecuencia de cambios de posesión entre equipos (Charamis et al., 2023; Csátaljay et al., 2011), considerando las posesiones como el periodo que transcurre desde que un equipo controla el balón hasta que el equipo contrario lo recupera (Charamis et al., 2023; Sakalidis et al., 2023.; Sampaio et al., 2010; Sampaio y Janeira, 2003). Sin embargo, no hay consenso metodológico ya que las definiciones y contextos de estudio varían (Romarís et al., 2016). Algunas metodologías proponen sumar acciones técnicas y tácticas divididas por el tiempo total de la posesión (Bazanov, 2007; Bazanov et al., 2005, 2006; Solé, 2017), mientras que otras se centran en el análisis de procedimientos por separado, sea fijándose en cómo se ejecutan las acciones técnicas (Alamar, 2006; Charamis et al., 2023; Nunes, 2016; Sampaio y Janeira, 2003) o las acciones tácticas (García et al., 2023). Esta heterogeneidad dificulta poder contrastar y comparar los datos (Romarís et al., 2016), no obstante, parece que integrar acciones tácticas con las técnicas en un mismo análisis (Bazanov, 2007; Bazanov et al., 2005, 2006) ofrece mejores resultados, ya que se considera que el equilibrio adecuado de las acciones tácticas y técnicas es el factor donde radica el éxito (Bazanov, 2007). En esta línea, estudios recientes han empezado a incorporar tecnologías de seguimiento para obtener una visión más detallada del comportamiento de los jugadores y del ritmo de juego. Facchinetti et al. (2019) propusieron una metodología para identificar automáticamente fases activas de juego mediante datos cinemáticos, y Metulini et al. (2017) utilizaron técnicas de análisis espacio-temporal para clasificar patrones de movimiento colectivo. Aunque estos estudios aportan una visión avanzada basada en datos, faltan herramientas observacionales sistematizadas aplicables a contextos reales y accesibles para entrenadores y técnicos. No obstante, las tecnologías de seguimiento ofrecen un gran potencial práctico, ya que permiten monitorizar en tiempo real el comportamiento táctico y físico de los jugadores y facilitan la toma de decisiones durante los entrenamientos y los partidos, así como la personalización de tareas específicas según el ritmo de juego observado.
Así pues, el objetivo de este estudio era doble: (1) crear una herramienta de tipo observacional para analizar el ritmo de juego en baloncesto (BASKETRHYTHM) que tomara en consideración tanto las acciones técnicas como las tácticas, así como el tiempo total de las posesiones y su contexto, y analizar su validez de contenido y la fiabilidad de los observadores al utilizarla, y (2) estudiar el ritmo de juego utilizando la nueva herramienta en una prueba piloto de campo. Se hipotetitza que el ritmo de juego será significativamente superior en las posesiones efectivas, y también cuando el cuarto y el partido acaben en victoria del equipo. Igualmente, el ritmo de juego será más alto cuando el equipo actúa como local.
Metodología
Diseño
Esta investigación se llevó a cabo a partir de la metodología observacional sistemática (Anguera y Hernández-Mendo, 2013). El diseño del estudio fue idiográfico —estudio del equipo como unidad, y no por sus jugadores–; puntual —estudio de diferentes partidos, pero sin fijarnos en su proceso y evolución; y multidimensional —se consideran y analizan varios niveles de respuesta, como las acciones técnicas, las acciones tácticas y el contexto del ritmo de juego.
Procedimiento
Para dar respuesta a los objetivos del trabajo se definieron las siguientes fases: (1) creación y validación del instrumento, (2) formación en el uso del instrumento y proceso de fiabilidad de la observación, y (3) desarrollo del estudio piloto.
En el diseño de la herramienta observacional participaron cuatro profesionales: tres entrenadores nacionales de baloncesto y profesores universitarios del grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y un estudiante de doctorado en Actividad Física y Salud. El procedimiento de creación del nuevo instrumento de observación implicaba identificar las acciones técnicas y tácticas y el control temporal de las posesiones.
Para el análisis de la validez de contenido, se contó con un panel de ocho expertos seleccionados según criterios estrictos: ser entrenadores nacionales de baloncesto con un mínimo de diez años de experiencia y titulación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Mediante un cuestionario en línea, los expertos evaluaron los 11 criterios definidos en la herramienta, indicando su acuerdo con un “SÍ estoy de acuerdo” o “NO estoy de acuerdo”. Esto permitió validar el instrumento en términos de adecuación y relevancia para el análisis del ritmo de juego.
Para evaluar la fiabilidad intraobservador e interobservador, se hizo una formación específica para dos investigadores en el uso del nuevo instrumento de observación BASKETRHYTHM, integrada en el software de registro LINCE PLUS (Soto-Fernández et al., 2022), en el que se registraron 100 acciones técnicas y tácticas de un partido de baloncesto. El investigador principal realizó dos registros independientes con una separación temporal de una semana entre evaluaciones para la fiabilidad intraobservador, mientras que para la fiabilidad interobservador, un segundo investigador, de forma independiente, siguió el mismo procedimiento.
Participantes
Con la herramienta validada, se llevó a cabo un estudio piloto para comprobar su aplicabilidad. El análisis se centró en un equipo profesional de baloncesto de la primera división española que competía también en la Euroliga. La muestra se seleccionó mediante muestreo de conveniencia, atendiendo la disponibilidad de equipos de alto nivel y el acceso a la grabación completa de los partidos. Los participantes del estudio fueron 14 jugadores profesionales de baloncesto (edad 28.8 ± 4.3 años, altura 201.01 ± 7.84 cm, peso 99.94 ± 12.3 kg). De igual manera, el equipo analizado seguía una metodología de entrenamiento denominada “entrenamiento estructurado” (Pons et al., 2020; Tarragó et al., 2019). Aunque la muestra no pretende ser representativa de toda la población de partidos de baloncesto, su medida se consideró adecuada para el presente estudio exploratorio. Dado que se trata de un estudio piloto y exploratorio para valorar una nueva herramienta de observación, no se aplicó un cálculo de la medida muestral mediante herramientas como G*Power. Sin embargo, para futuras investigaciones, se recomienda aplicar estos criterios para garantizar la potencia estadística adecuada.
Con el objetivo de tener unos registros de comparación, se escogieron cuatro partidos de la Liga Endesa(Liga ACB) y cuatro partidos de la Turkish Airlines Euroleague (Euroliga). En la mitad de los partidos, el equipo actuaba como local y en la otra mitad como visitante, y se seleccionaron partidos la mitad de los cuales habían acabado en victoria y la otra mitad en derrota.
Las grabaciones de los partidos, de carácter privado, fueron cedidas por el equipo analizado y cumplían criterios de alta calidad de imagen (1080p, 60FPS). Este estudio no requirió la aprobación de un comité ético ni el consentimiento informado de los participantes, ya que se trató de una observación no participante, hecha a partir de vídeos grabados en entornos naturales, sin ninguna intervención ni interacción con los participantes observados (American Psychological Association, 2017). El registro se realizó entre el 18 de enero y el 2 de febrero del 2024. Como criterio de exclusión se acordó la imposibilidad de observar alguna de las acciones en los partidos.
Instrumento de observación del ritmo de juego
El instrumento observacional para analizar el ritmo de juego denominado BASKETRHYTHM(Tabla 1) incluye cuatro acciones técnicas: la conducción (bote), la comunicación a través del pase, las diferentes finalizaciones y el rebote ofensivo; y cinco acciones tácticas: el 1 contra 1, el mano a mano entre jugadores, el bloqueo directo e indirecto y la puerta atrás. Así mismo, la herramienta incluye diferentes parámetros para conocer el contexto del ritmo de juego: duración de las posesiones, categorizadas en corta/media/larga, el inicio y final de estas posesiones, y el motivo del tiempo parado durante el juego.

Tabla 1
Criterios y categorías de la nueva herramienta observacional BASKETRHYTHM creada para analizar el ritmo de juego en baloncesto
Así pues, el ritmo de juego se define como la suma de las acciones técnicas y tácticas dividida por el tiempo total de la posesión (Solé, 2017), y se expresa en unidades arbitrarias (u. a.). Este artículo pretende dotar de objetividad y sistematización este concepto y su orientación y por eso, en nuestra metodología, el ritmo de juego será calculado de acuerdo a la siguiente fórmula:
u. a. = unidades arbitrarias
n = número de acciones
s = segundos
Instrumento de registro
Se utilizó LINCE PLUS (Soto-Fernández et al., 2022) tanto para analizar la fiabilidad de los observadores como para registrar los datos en el estudio piloto a partir del instrumento observacional BASKETRHYTHM.
Calidad y análisis de los datos
La validez de contenido de la herramienta se estableció mediante las respuestas de ocho expertos (80% de los invitados a participar), todos hombres, seleccionados por criterio de autoridad y siguiendo modelos de validación similares (Soriano et al., 2024). Se obtuvieron 234 coincidencias positivas (SÍ-SÍ) sobre un total de 308 posibles, con una proporción del 76%. Se calculó un intervalo de confianza al 95% (70.8% – 80.6%) mediante el modelo binomial (función binom.test() de RStudio) (© 2009-2021 RStudio, PBC v.1.4.1717). Según los estándares establecidos en estudios observacionales deportivos, este valor indica una validez aceptable. Se escogió el porcentaje de coincidencias positivas como método principal de análisis por su simplicidad y uso frecuente en estudios cualitativos (Watts, 2021).
La fiabilidad intraobservador se calculó en 100 acciones técnicas y tácticas de un partido de baloncesto, dos veces, con una semana entre evaluaciones, y se obtuvo un índice Kappa de Cohen de .97. La fiabilidad interobservador se analizó en las mismas 100 acciones, con un segundo observador formado con los instrumentos de observación y registro, y se obtuvo un valor de Kappa de .98. Ambos valores se consideran excelentes según los criterios de Landis y Koch, (1977).
Análisis estadístico
Se calcularon estadísticas descriptivas (media, desviación estándar, mínimo y máximo) para caracterizar la duración de las posesiones por partido. Para comparar variables en dos grupos (partidos ganados/perdidos, local/visitante, posesiones efectivas/no efectivas, partidos de Euroliga/ACB), se utilizó la prueba t de Student para muestras independientes, aplicando la corrección de Bonferroni para ajustar los valores de p en las comparaciones múltiples. Previamente, se comprobó que se cumplieran los supuestos de normalidad (prueba de Shapiro-Wilk) y de homogeneidad de variancias (test de Levene), utilizando alternativas no paramétricas como el test de Mann-Whitney U en caso necesario. Además, en cada comparación se calculó la medida del efecto (Effect Size = SE) con el fin de valorar la magnitud de las diferencias observadas. Se utilizó el d de Cohen para pruebas paramétricas, el coeficiente r para comparaciones con Mann-Whitney U, y el η² parcial en los análisis de ANOVA. Para comparar tres o más grupos (como el ritmo de juego entre cuartos), se aplicó un ANOVA de una vía, seguido de la corrección post hoc con Bonferroni para identificar las diferencias entre grupos. Se utilizó el paquete estadístico JASP (Versión 0.18.3; JASP Team; 2024).
Resultados
Los resultados del análisis del ritmo de juego se presentan en la Tabla 2, donde se observa que las posesiones efectivas tienen un ritmo de juego superior (M = 0.68; SD = 0.21) con respecto a las no efectivas (M = 0.60; SD = 0.19), con diferencias estadísticamente significativas (F = 23.281; p < .01). Estos resultados se pueden observar también en la Figura 1, donde se detallan los valores promedio del ritmo de juego expresados en las unidades arbitrarias descritas en la metodología.

Tabla 2
Valores descriptivos del ritmo de juego según el cuarto del partido y la efectividad de las posesiones

Nota. Valores medios y desviación estándar por posesiones efectivas y no efectivas.
El análisis post hoc reveló una diferencia significativa en el ritmo de juego entre las posesiones efectivas y no efectivas. El ritmo de juego fue significativamente superior en las posesiones efectivas en comparación con las no efectivas (t = 4.825, p < .001, SE = 0.40), lo que sugiere que las posesiones con finalización positiva están asociadas a una mayor intensidad de juego.
Tal como se muestra en la Figura 2, el ritmo de juego también presenta una progresión ascendente positiva en el primer cuarto (M = 0.63; SD = 0.18), en el segundo (M = 0.64; SD = 0.23), y hasta el tercer cuarto (M = 0,68; SD = 0.2) y con diferencias estadísticamente significativas entre el tercero y el último cuarto (M = 0,64; SD = 0.21) del partido (Figura 2; F = 3.651; p < .05).

Nota. Valores medios y desviación estándar por cuartos del partido.
Solo se observaron diferencias significativas entre el tercero y el último cuarto del partido (t = 2.88, p = .025, SE = 0.34), que indican un aumento del ritmo de juego en el tercer cuarto en comparación con el último. El resto de comparaciones entre cuartos no mostraron diferencias estadísticamente significativas (p > .05).
Los datos analizados muestran una tendencia no significativa que indica que el ritmo de juego sería superior cuando se juega como visitante (M = 0.66; SD = 0.22) que cuando se juega como local (M = 0.63; SD = 0.2) (Figura 3; F = 3.684; p = .055).

Nota. Valores medios y desviación estándar al jugar como local y como visitante.
Aunque el ritmo de juego fue superior cuando el equipo jugaba como visitante (M = 0.66; SD = 0.22) en comparación con cuando jugaba como local (M = 0.63; SD = 0.20), esta diferencia no fue significativa (p = .055), cosa que indica una tendencia no concluyente hacia un ritmo de juego más rápido en condiciones de visitante.
En los partidos del equipo estudiado, el valor de ritmo de juego fue significativamente superior en los partidos de competición europea (M = 0.66; SD = 0.20), que en los de la liga nacional (M = 0.62; SD = 0.21) (Figura 4; F = 5.912; p = .015). Es relevante señalar que la mayoría de partidos de Euroliga (75%; n = 3) los jugaron como equipo visitante.

Nota. Valores medios y desviación estándar en competición nacional y europea.
El ritmo de juego fue significativamente superior en los partidos de la Euroliga (M = 0.66; SD = 0.20) en comparación con los de la Liga ACB (M = 0.62; SD = 0.21) (t = -2.43, p = .015, SE = –0.20). Esta diferencia significativa sugiere que los partidos europeos presentan una intensidad de juego más elevada que los partidos de la liga nacional.
Contrariamente a nuestra hipótesis, no se encontraron diferencias significativas en el ritmo de juego entre cuartos o partidos en función de si el equipo ganaba o perdía. Los análisis no mostraron efectos significativos ni en los cuartos (F = 1.658, p =.198) ni en el resultado final del partido (F = 0.083, p =.77).
Discusión
Los objetivos de este estudio eran, en primer lugar, crear una herramienta de tipo observacional para analizar el ritmo de juego en baloncesto que considerara tanto las acciones técnicas como las tácticas, el tiempo total de las posesiones y su contexto, y analizar su validez de contenido y la fiabilidad en la observación. En segundo lugar, se quería aplicar esta herramienta en un estudio de campo para contrastar su utilidad y obtener datos prácticos sobre el ritmo de juego. Como principal aportación de este trabajo, se puede confirmar la validación de un nuevo instrumento observacional, el BASKETRHYTHM, para analizar el ritmo de juego en baloncesto.
BASKETRHYTHM es un instrumento que permite codificar las acciones técnicas y tácticas del juego de manera diferenciada. Entre las acciones técnicas incluidas encontramos la conducción, el pase, el tiro y el rebote, mientras que las tácticas comprenden situaciones como el 1 contra 1, el bloqueo directo y el indirecto, el mano a mano y la puerta atrás. Este enfoque mejora la precisión del análisis, distinguiendo las contribuciones individuales de las habilidades técnicas y las estrategias colectivas y proporcionando información valiosa tanto para la investigación como para la práctica deportiva.
Con respecto al primer objetivo, los resultados confirman que el instrumento BASKETRHYTHM ha sido diseñado correctamente y muestra validez de contenido según las respuestas proporcionadas por los expertos. Además, la fiabilidad de los observadores ha sido elevada, como lo indican los resultados obtenidos en los coeficientes Kappa para la fiabilidad intraobservador e interobservador. Por lo tanto, esta nueva herramienta para el análisis del ritmo de juego representa una contribución significativa para los profesionales encargados del diseño y la planificación de los entrenamientos de baloncesto.
Con respecto al segundo objetivo, los datos obtenidos del estudio piloto con BASKETRHYTHMconfirman parcialmente las hipótesis planteadas y muestran que la efectividad de las finalizaciones es mayor cuando el ritmo de juego es más elevado. Las diferencias observadas entre posesiones efectivas y no efectivas coinciden con los resultados de Bazanov y Rannama (2017), que identificaron una relación directa entre intensidad física, carga mecánica y eficiencia ofensiva. Igualmente, el estudio de Miró et al. (2024) muestra como los cuartos ganados se caracterizan por una actividad física más elevada, con más pasos por minuto y una mayor carga externa, hechos que se pueden interpretar como una expresión observable del ritmo de juego. Estos resultados apoyan el uso de BASKETRHYTHM como herramienta útil para captar esta dimensión táctica y física del juego y proporcionan a los entrenadores una herramienta práctica para identificar patrones de juego eficientes, ajustar la intensidad de las tareas de entrenamiento y adaptar estrategias según la fase del partido o la eficacia observada. No obstante, tal como indica Solé (2017), un aumento del ritmo de juego no siempre garantiza un mejor rendimiento, ya que puede conducir a una pérdida de eficacia a causa del incremento de errores técnicos o tácticos, dependiendo de la calidad de los jugadores y del equipo rival. Esto subraya la importancia de determinar el ritmo de juego óptimo para cada equipo, teniendo en cuenta sus características específicas y la competencia del rival, para maximizar el rendimiento sin aumentar los errores.
Por otra parte, en los resultados obtenidos a partir del estudio de campo se observan diferencias estadísticamente significativas en el ritmo de juego entre cuartos, específicamente entre el tercero y el último cuarto del partido, con una tendencia positiva e incremental del ritmo en todo el partido, que se ve reducido significativamente en el último cuarto. Esta reducción del ritmo podría estar relacionada con la estrategia del equipo de alargar las posesiones con el fin de obtener un mayor control sobre el juego, con situaciones tácticas más lentas, incluyendo más paradas y una mayor duración del cuarto (García et al., 2020). También podría influir el factor fisiológico, como la fatiga acumulada en el equipo (Stojanović et al., 2018).
Contrariamente a lo que se había hipotetitzado, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el ritmo de juego entre partidos y cuartos considerando su resultado final, fuera victoria o derrota. Nuestros resultados no coinciden con los de estudios anteriores (Conte et al., 2017; Courel et al., 2014; Ortega et al., 2006), que indicaban una relación significativa entre ritmo de juego elevado y resultado final exitoso. Además, algunos autores (Calvo et al., 2012; Ruano et al., 2007; Sampaio y Janeira, 2003) sugirieron que el ritmo de juego es generalmente más alto en los partidos jugados como equipo local, y eso tampoco se cumple en nuestro estudio, donde el ritmo de juego fue superior en los partidos jugados como equipo visitante. Cabe destacar que este es un estudio piloto, con una muestra limitada de partidos y sin la intención de generalizar conclusiones. Por lo tanto, afirmaciones como estas necesitan un análisis más amplio y exhaustivo para minimizar la influencia de los factores contextuales y extraer conclusiones más sólidas. Esta diferencia de resultados se podría explicar por las diferencias en el tipo de partidos analizados. Por ejemplo, en nuestro caso, en la mayoría de partidos analizados el equipo actuaba como visitante (75%; n = 3) en una competición exigente como es la Euroliga que, en general, se puede considerar de mayor exigencia (Guerra et al., 2016) que la liga ACB. En cambio, en otros estudios (Calvo et al., 2012; Ruano et al., 2007) los partidos evaluados son de competiciones nacionales y, por lo tanto, quizás también de menor exigencia.
Con respecto a la novedad de la investigación, este es el primer estudio que desarrolla una herramienta específica para observar el ritmo de juego combinando acciones técnicas, tácticas y contexto temporal en baloncesto desde una perspectiva observacional. Esta combinación permite analizar el comportamiento colectivo con una visión integrada y aplicable. Muchos de los estudios sobre el análisis del baloncesto están basados en sistemas de monitorización o variables fisiológicas (Facchinetti et al., 2019; Metulini et al., 2017), donde hay una falta de consenso tanto en los conceptos de análisis (definición de zonas de intensidad, umbrales de carga…) como en los métodos (videoanálisis, microsensores, sistemas de posicionamiento local), un hecho que evidencia la necesidad de disponer de herramientas eficaces para medir el ritmo de juego de forma válida y aplicable (Tuttle et al., 2024). La propuesta validada de BASKETRHYTHM permite una aplicación directa por parte de los entrenadores, sin requerimientos tecnológicos elevados, facilitando así la transferencia metodológica a contextos formativos, semi profesionales o sin recursos digitales avanzados.
Este trabajo presenta una serie de limitaciones que hay que tomar en consideración a la hora de interpretar los resultados. En primer lugar, la muestra analizada se limitó a un equipo masculino y a ocho partidos, lo cual limita la generalización de los resultados. En el futuro, hace falta ampliar la muestra analizada y hacerla extensible al baloncesto femenino, al amateur y a la formación, ya que a partir de estos datos se podrán desarrollar mejores programas de preparación de los jugadores y jugadoras, independientemente del sexo, del nivel deportivo y de la competición. Además, en este estudio piloto se consideró un número limitado de partidos, suficientes para evaluar la aplicabilidad de BASKETRHYTHM, pero insuficientes para generalizar los resultados obtenidos. Finalmente, el análisis del ritmo técnico y táctico es insuficiente para entender y explicar el éxito deportivo.
Así, hay que considerar que la asociación entre ritmo de juego y el resultado del partido es uno de los elementos de una realidad muy compleja, que incluye elementos cognitivos (actitud de los jugadores ante el juego), emocionales (grado de tensión o ansiedad de los jugadores), y contextuales (local/visitante, tipo de competición, etc.). De hecho, si esta hipótesis se confirmara en futuros estudios, nuestro trabajo habría contribuido a la evidencia acumulada que indicaría que el resultado final de un partido de baloncesto y el rendimiento de los jugadores depende de muchos factores (Csátaljay et al., 2011; Csátaljay et al., 2012; Fox et al., 2021; Ortega et al., 2006; Ruano et al., 2007), entre los cuales el ritmo de juego elevado solamente sería uno.
A pesar de las limitaciones, los resultados de este estudio muestran, aunque de forma preliminar, que la nueva herramienta aporta información válida y fiable para estudiar el ritmo de juego en baloncesto.
Conclusiones
En este estudio se ha creado y validado un nuevo instrumento de observación, denominado BASKETRHYTHM, para analizar el ritmo de juego en baloncesto, que considera tanto las acciones técnicas como las tácticas, así como el tiempo total de las posesiones. Los resultados del estudio piloto indican que un ritmo de juego elevado está asociado a una mayor efectividad de las posesiones, aunque no se ha encontrado una relación directa entre el ritmo de juego y la victoria o derrota del equipo. Además, este varía significativamente entre cuartos del partido, las competiciones y la localización del terreno de juego.
El nuevo instrumento BASKETRHYTHM, se presenta como una herramienta útil tanto para futuras investigaciones como para la planificación táctica y el análisis del rendimiento deportivo en equipos de baloncesto. Los entrenadores pueden utilizarlo para evaluar sistemáticamente la calidad del juego, identificar patrones eficaces o momentos de desajuste y, a partir de eso, diseñar tareas de entrenamiento más específicas. La herramienta permite ajustar la intensidad y el ritmo de las situaciones de entrenamiento según las necesidades detectadas durante la competición, así como preparar estrategias adaptadas a los patrones de ritmo de los rivales observados en partidos previos.
Agradecimientos
Los autores agradecen el apoyo del proyecto del Gobierno español titulado “Optimización del proceso de preparación y rendimiento en competición en deportes de equipo basada en integración de datos multimodales y multinivel mediante modelos inteligentes” [PID2023-147577NB-I00] para el cuatrienio 2024-2027, en la convocatoria 2023 de ayudas a «PROYECTOS DE GENERACIÓN DE CONOCIMIENTO», en el marco del “Programa Estatal para Impulsar la Investigación Científico-Técnica y su Transferencia”, del “Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades” (MCIU).
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ISSN: 2014-0983
Recibido: 10 de enero de 2025
Aceptado: 25 de abril de 2025
Publicado: 1 de julio de 2025
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