¿Salud, forma física, estética, bienestar? ¿Qué lleva al usuario al gimnasio?

Julian Miranda

Idioma del original

Citación

Miranda, J. (1992). ¿Salud, forma física, estética, bienestar? ¿Qué lleva al usuario al gimnasio?. Apunts. Educación Física y Deportes, 26, 61-70.

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Resumen

El furor por la actividad física es un hecho constatable desde los años sesenta, que se expansiona a principios de los ochenta y sigue su curso, ya más comedido, hasta nuestros días. Hemos asistido a la aparición del aeróbic y el squash, la proliferación y sofisticación mecánica del body-building, el desarrollo imparable del Physical Fitness, la difusión vertiginosa del deporte californiano, la llegada de los jacuzzi y las «burbujas sensoriales». Hemos sido partícipes del florecer del culto al cuerpo, inscrito dentro de la sociedad de consumo y legitimado por la consolidación de la democracia. El chandal callejero, la asistencia masiva al gimnasio, la abundancia de productos dietéticos, la visualización repetitiva de anuncios televisivos que utilizan el modelo de la joven o el joven esbelto, atlético, dinámico, activo, hábil motrizmente; lo light, los regímenes alimenticios, los escaparates de prendas y calzado deportivos, las revistas y libros sobre fitness y nutrición son algunos de los elementos que componen esa creciente atención corporal que se engendra filosófica y artísticamente a fines del siglo XIX con la obra de Freud y Nietzsche y los movimientos de arte o antiarte (Maisonneuve y BruchonSchtweitzer, 1981), pero que brota visiblemente desde finales de los años treinta, cuando ya se ha superado la crisis de 1929, motivada por la ausencia de consumidores, y se acepta, de modo casi idolátrico, el modelo económico de Keynes sobre la demanda agregada. La economía keynesiana implica la conversión del ciudadano en consumidor. Se crea la venta a plazos, el aumento de salarios, la necesidad de educación superior, el subsidio de vejez, la norma social del consumo, pero ante todo se crean actitudes consumistas (seguridad, aceptación social, integración, prestigio, autoestima, éxito, independencia, vida privada, seducción). Se forja ese anthropos universal inteligente «que se desarrolla mucho más sobre el tejido de lo imaginario y lo lúdico que sobre el tejido de la vida práctica» (Morin, 1962). La moral puritana protestante basada en la austeridad y el ahorro se declara inservible y es sustituída por el hedonismo, el carpe diem, la satisfacción inmediata.

ISSN: 2014-0983

Publicado: 1 de octubre de 1991