Resumen

Cuando en 1981 finalizó en Barcelona el  Stage Alternativo Europeo sobre deporte recreativo empezó a divulgarse por nuestro país, con notable celeridad, un nuevo concepto de práctica deportiva altamente sugestiva para aquellos de quién dependía la responsabilidad de planificar y programar las ofertas deportivas. El deporte recreativo traía consigo la nocompetición, la participación voluntaria en la práctica, la reglamentación del juego propuesta y aceptada por los propios jugadores, la convivencia social en el placer del movimiento… En definitiva, venía a constituirse en elemento de vanguardia para la educación social, así como en fuente de placer y diversión. Este nuevo modelo tuvo una gran aceptación debido en parte a que respondía a la necesidad que sentían las fuerzas progresistas que habían llegado al poder de ofrecer un modelo de práctica deportiva alternativo al deporte tradicional relacionado con una concepción totalitaria de la sociedad. De alguna forma se buscaba un signo de identidad en el terreno deportivo que coincidiese con las aspiraciones de democratización social, y el deporte recreativo reunía en su filosofía los elementos necesarios. Pero el intento de trasplantar a nuestro sistema deportivo un modelo de práctica centrado en el tiempo libre, cuyo fin es claramente hedonista, entra en contradicción con las necesidades sociales que hoy imponen un aprovechamiento del tiempo libre para preparar o facilitar la integración social de los sujetos. La exigencia de un determinado modelo de hombre y de mujer seres activos, estilizados, bellos, sonrientes, etc.obliga a ocupar el tiempo de ocio en actividades cuya finalidad conlleva una mejora de la imagen social por encima del fin meramente lúdico que propone el deporte recreativo. La adopción e inclusión casi inmediatas del térmiro «recreativo» en la oferta deportiva implicó un proceso, hasta cierto punto irreflexivo, de mimetización de las ofertas existentes en otros sistemas deportivos más avanzados y con mayor experíencia pluridisciplinaria, como son los centroeuropeos.