Efecto de las dimensiones del campo sobre la continuidad en situaciones reducidas en voleibol

Felipe Menezes-Fagundes

Cristòfol Salas-Santandreu

Raúl Hileno

Pere Lavega-Burgués

*Correspondencia: Felipe Menezes-Fagundes felipemfagundes@live.com

Idioma del original Español

Citación

Menezes-Fagundes, F., Salas-Santandreu, C., Hileno, R. & Lavega-Burgués, P. (2025). Effect of court dimensions on continuity in small-sided volleyball. Apunts Educación Física y Deportes, 159, -1. https://doi.org/10.5672/apunts.2014-0983.es.(2025/1).159.07

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Resumen

La iniciación deportiva mediante situaciones reducidas en los deportes de cooperación-oposición se ha mostrado como una estrategia pedagógica efectiva. Los entrenadores o educadores modifican algunos rasgos de la lógica interna, como el espacio de juego, para favorecer la adaptación del deporte a las posibilidades de los jugadores y desarrollar los principios de juego específicos. Este estudio buscó como objetivo evaluar el efecto de las dimensiones del espacio de juego en el principio de juego de continuidad en la iniciación al voleibol en situaciones reducidas. Participaron 136 estudiantes universitarios mediante un estudio experimental con diseño cruzado simple. Se analizó la influencia de campos más anchos (4.5 m x 6 m; 27 m2) en comparación con campos más estrechos (6 m x 4.5 m; 27 m2) sobre cuatro variables en situaciones de 3 x 3: número de contactos, posesiones, complejos completados y uso del pase de dedos en la primera acción de cada posesión o complejo de juego. Se construyeron modelos de regresión lineal multinivel de efectos mixtos. Los resultados revelaron un incremento significativo en todas las variables analizadas favorable a la pista ancha. Se encontró que la dimensión del campo incrementa significativamente la continuidad en situaciones reducidas de voleibol, respectivamente de mayor a menor medida en las variables posesiones, número de contactos, pase de dedos en la primera acción y complejos completados.  Se destacó la importancia de considerar no únicamente campos de juego más pequeños, sino también las dimensiones de estos en la iniciación deportiva en voleibol.

Palabras clave: diseño cruzado, juegos reducidos, lógica interna, modelos comprensivos, voleibol.

 Introducción

En el ámbito de la enseñanza deportiva, la búsqueda de métodos y estrategias pedagógicas eficaces para potenciar el aprendizaje deportivo plantea un constante desafío (Abad-Robles et al., 2020; Fernández-Espínola et al., 2020; Hernández-Hernández et al., 2016). Las investigaciones más recientes sobre deportes de cooperación-oposición indican que el proceso pedagógico basado en situaciones de juego es un enfoque efectivo (Abad-Robles et al., 2020; Miller, 2015). En este contexto, la investigación que evalúa modelos de enseñanza deportiva ofrece evidencias fundamentales para la formación y desarrollo de las competencias de los participantes (Barba-Martín et al., 2020; Ortiz et al., 2023). 

Según los principios de la teoría de la acción motriz, el profesorado y los entrenadores deben conocer en profundidad los rasgos distintivos de la lógica interna del deporte, para introducir modificaciones en las relaciones que el jugador va a establecer con los otros participantes, el espacio, el tiempo y el material (Parlebas, 2001). Esas modificaciones permitirán que los jugadores adapten sus conductas motrices ante nuevos retos que activan de manera unitaria su personalidad (en las dimensiones decisional, afectiva, relacional y orgánica) (Lavega-Burgués, 2007; Ureña-Espa et al., 2022). De esta manera, se establecerá una correspondencia lógica entre las situaciones de enseñanza-aprendizaje y la adquisición de los principios de juego, ejes vertebradores de los modelos de enseñanza basado en el juego (Martínez-Santos et al., 2020; Menezes-Fagundes et al., 2021; Palao-Andrés y Guzmán-Morales, 2008; Ureña-Espa et al., 2022).

Estas adaptaciones de las situaciones de juego aplicadas a partir del modelo comprensivo (Teaching Games for Understanding),suelen expresarse mediante dos principios pedagógicos fundamentales: la modificación por representación y por exageración (Thorpe et al., 1986). La modificación por representación implica recrear condiciones similares a las del deporte formal, incorporando habitualmente cambios como, por ejemplo, una reducción del espacio de juego, del número de jugadores, o de la forma de manipulación del material. El objetivo es que los participantes se enfrenten a desafíos semejantes a los que experimentarían en un partido, intentando resolver los problemas planteados mediante la aplicación del conjunto de principios básicos de juego, pero considerando la adaptación de las situaciones de juego a sus capacidades (Thorpe et al., 1986). Por otro lado, la modificación por exageración consiste en resaltar o enfatizar ciertos rasgos internos de una situación de juego con el propósito de destacar un principio de juego determinado o una acción específica. Esta manipulación de los elementos de la lógica interna del juego posibilita la creación de situaciones de aprendizaje específicas, en las cuales los jugadores logran comprender y aplicar de manera más efectiva ciertos principios o acciones estratégicas en comparación con el contexto del deporte formal (Thorpe et al., 1986). 

Existen evidencias científicas de los efectos que origina la modificación del espacio sobre el aprendizaje táctico y técnico de los deportes de cooperación-oposición, lo que constituye una temática de interés científico (Rico-González et al., 2020). Los estudios realizados (mayoritariamente en deportes de invasión) constatan una mejora significativa del comportamiento táctico-técnico en fútbol, baloncesto, balonmano, hockey, entre otros (Rocha et al., 2020a). La manipulación del espacio en distintas situaciones de juego origina diferentes efectos en la ocupación, exploración y dominación del campo de juego, la circulación del balón, el rendimiento de acciones técnicas, la toma de decisiones y de comportamientos tácticos específicos (Dello Iacono et al., 2018; Ric et al., 2017; Rico-González et al., 2020; Timmerman et al., 2017). 

No obstante, todavía son escasas las investigaciones que examinen los efectos de la modificación de los elementos de la lógica interna en deportes de espacio dividido (Menezes-Fagundes et al., 2024; Palao-Andrés y Guzmán-Morales, 2008; Rocha et al., 2020a). En el caso concreto de deportes como el voleibol, se precisa de más evidencias científicas para demostrar cómo se puede mejorar la adquisición de principios de juego fundamentales en la iniciación deportiva, como la continuidad, la iniciativa y la finalización (Contreras-Jordán et al., 2007; Ureña-Espa et al., 2022). 

Los jugadores poco experimentados habitualmente tienen dificultades para mantener secuencias de juego prolongadas. De ahí que aprender a dar continuidad al juego es un saber fundamental en las etapas iniciales (Arias-Estero, 2008; Ureña-Espa et al., 2013, 2022).  Esa continuidad en el voleibol consiste en mantener una secuencia ininterrumpida de acciones durante el juego (Ureña-Espa et al., 2013). Por lo tanto, resulta imperativo que las situaciones de aprendizaje propuestas ofrezcan un nivel mínimo de continuidad para garantizar el desarrollo de las habilidades de los jugadores y la comprensión de los principios de juego que se aplican en cada tarea (Arias-Estero, 2008). 

Entre los distintos principios de juego, Hopper (1998) define la consistencia como la capacidad de reenviar el móvil al campo contrario, favoreciendo la continuidad de las jugadas. La existencia y pertinencia de este principio de juego subraya la necesidad de proporcionar situaciones de aprendizaje que promuevan la capacidad de mantener un nivel mínimo de continuidad (Ureña-Espa et al., 2013).

Sin embargo, no tenemos conocimiento de que existan investigaciones que hayan examinado explícitamente el efecto de la dimensión de la pista en relación con el principio de juego de la continuidad en la iniciación deportiva. A la luz de este marco teórico, la presente investigación tiene como objetivo evaluar los efectos de las dimensiones del espacio de juego en el principio de juego de continuidad, en la iniciación al voleibol en situaciones reducidas. Se plantea la hipótesis siguiente: en campos de una misma dimensión, aquellos espacios con mayor amplitud generarán mayor continuidad respecto a pistas con mayor profundidad. 

Método

Participantes

En total participaron 136 estudiantes universitarios con una edad media de 20.85 (DE = 2.44 años), de los cuales 46 mujeres (33.82 %) y 90 hombres (66.18 %). El criterio de inclusión fue que los participantes no tuvieran historial deportivo asociado al voleibol federado. Todos los estudiantes aceptaron participar en el estudio firmando el consentimiento informado. Esta investigación fue aprobada por el Comité de Ética de Investigaciones Clínicas del Consejo Catalán del Deporte en 2022 (Código 011/CEICGC/2022). Además, la presente investigación siguió las directrices éticas establecidas en la Declaración de Helsinki. 

Sobre las unidades de observación, se consideraron 38 partidos, lo que totalizó 1,072 puntos analizados, que compusieron la muestra de esta investigación.

Diseño y procedimientos 

Para conocer el efecto de una variable categórica binaria (dimensión del campo) sobre una variable respuesta cuantitativa (continuidad) se aplicó un estudio experimental con un diseño de secuencia cruzada AB-BA (crossover design). Se empleó la observación como técnica para la obtención de datos en el marco de la metodología experimental. Los participantes fueron divididos en cinco grupos clase. Cada grupo clase estuvo organizado en equipos compuestos entre tres y cinco jugadores. Para la homogenización de los niveles de juego de los equipos, previamente, se emplearon situaciones de 1 x 1 para clasificarlos por diferentes niveles (de 1 a 8). Esta acción originó la identificación de 38 equipos con un nivel similar. 

Cada enfrentamiento se desarrolló en dos espacios de juego distintos, pista ancha y estrecha. La pista ancha tenía unas medidas de seis metros de ancho por cuatro metros y medio de largo (6 m x 4.5 m), mientras que la pista estrecha medía cuatro metros y medio de ancho por seis metros de largo (4.5 m x 6 m). Por lo tanto, el espacio de juego total en cada situación era de 27 m2, modificándose las dimensiones de los mismos. De este modo, dos clases (ocho enfrentamientos) realizaron la secuencia ancho-estrecho, mientras que las tres clases restantes (11 enfrentamientos) realizaron la secuencia inversa. Se jugó un set de ocho minutos en cada pista, con un período de lavado (wash-out) de cinco minutos entre ambos partidos. Al inicio de la segunda situación, se mantuvo la misma rotación inicial adoptada en la primera situación. Los equipos con más de tres jugadores hicieron cambios constantes de un jugador en cada rotación. 

La asignación de la secuencia de pistas adoptada para cada grupo se hizo de manera aleatorizada. Todos los partidos fueron grabados con cámaras Sony Handycam (modelo HDR-CX405) desde un plano picado y en posición perpendicular a la red, para favorecer el posterior análisis observacional.

Las situaciones de juego constaban de enfrentamientos 3 x 3, con las siguientes reglas de acción: saque de seguridad (saque de abajo) o mediante un pase de dedos detrás de la línea de fondo; máximo tres saques por jugador (cuando algún jugador llegaba a esta marca, el equipo hacía una rotación y mantenía el servicio); y cambio de lado cada siete puntos. En ambas situaciones, la red estaba situada a una altura de 2.35 metros. 

Se observaron 38 partidos, considerando 19 enfrentamientos entre los equipos en cada una de las pistas. Se utilizó el diseño de la pista como variable independiente y cuatro variables dependientes vinculadas a la continuidad del juego (véase tabla 1). 

Finalmente, se observaron 1,072 jugadas o rallies a partir del instrumento de observación ad hoc,con los criterios de observación expuestos en la tabla 1. El análisis se registró con el programa Microsoft Excel. Para el proceso de fiabilidad del registro observacional, dos observadores hicieron pruebas piloto de forma conjunta para testear el instrumento de observación y, acto seguido, una prueba de fiabilidad en que ambos observadores, de manera independiente, observaron 411 puntos de la muestra (38.34 %), en que se alcanzó un nivel de concordancia excelente en todas las variables analizadas (contactos por rally: 0.980; posesiones por punto: 0.962; complejos completados por punto: 0.974; pase de dedos en la primera acción: 0.850) (Fleiss, 1986).

Análisis estadístico

Para el análisis de los datos, se condensaron los 1,072 puntos observados para generar una media referente a cada una de las cuatro variables observadas por partido (véase tabla 2). Acto seguido, se construyeron cuatro modelos de regresión lineal multinivel de efectos mixtos (multilevel mixed-effects linear regression). La variable independiente (exposición) fue la dimensión de la pista, ancha (= 1) y estrecha (= 0). Las variables dependientes (respuesta) fueron número de contactos, posesiones, complejos de juego completados, número de pases de dedos en la primera acción, elementos que reflejan la continuidad del juego. Se consideró el campo estrecho como categoría de referencia a partir de la hipótesis planteada.
Las covariables consideradas fueron período y secuencia, y la posible variable de confusión fue la diferencia de marcador al finalizar el partido.

Las covariables período y secuencia originalmente constituyen un estudio de diseño cruzado, donde se busca neutralizar posibles efectos externos sobre las variables dependientes (Doménech, 2017). La covariable período compone el modelo para comprobar que el hecho de haber jugado una situación anterior (período 1) no impacta en los resultados encontrados en la segunda situación (período 2). Esta covariable refleja cómo estos efectos capturan las posibles interacciones entre la intervención, el periodo y el grupo en las variables observadas. La covariable secuencia pretende asegurar que el orden de disputa de los partidos (ancho-estrecho o estrecho-ancho) no interfiere en las variables observadas (Doménech, 2017). Resultados no significativos en estas covariables apuntan la inexistencia de estos efectos sobre las variables dependientes y proporciona una prueba más robusta del efecto de la variable independiente. Finalmente, en el proceso de regresión, al insertar la posible variable de confusión “diferencia del marcador”, se identificó una diferencia superior a 5 % en los promedios de las variables dependientes y, por este motivo, fue añadida al modelo como variable de ajuste. 

Resultados

De acuerdo con los datos presentados en la tabla 3, en todos los modelos mixtos se evidenció un incremento significativo en la continuidad de juego en las variables analizadas al jugar en un campo ancho en comparación con una pista estrecha (contactos por punto: 0.874, coeficiente estandarizado = .306, IC del 95 % [0.210, 1.539], posesiones por punto: 0.414, coeficiente estandarizado = .352, IC del 95 % [0.128, 0.699]; complejos completados por punto: 0.181, coeficiente estandarizado = .232, IC del 95 % [0.014, 0.348]; pase de dedos en la primera acción: 0.129, coeficiente estandarizado = .271, IC del 95 % [0.005, 0.252]). Todos los resultados fueron estadísticamente significativos (p < .05) y el tamaño del efecto fue moderado en todas las variables estudiadas (Fey et al., 2023).

Los modelos mixtos no presentaron diferencias significativas sobre la covariable período, excepto en la variable toques de dedos en la primera acción defensiva. En este caso, los resultados del período 2 se mostraron influenciados por el período 1. En relación con la covariable secuencia, no se encontró ninguna diferencia significativa en todas las variables, lo que significa que no hubo interferencia en los resultados independientemente del orden de la intervención. Los resultados de los modelos mixtos, y la estandarización de los coeficientes obtenidos, pueden ser consultados en las tablas 3 y 4, respectivamente.

Discusión

Este artículo evaluó el efecto de las dimensiones del espacio de juego en el principio de juego de continuidad en la iniciación al voleibol en situaciones reducidas. Los resultados obtenidos revelaron diferencias significativas favorables a la pista ancha en todas las variables relacionadas con la continuidad del juego (número de contactos, número de posesiones, número de complejos completados y número de pases de dedos en el primer toque por punto). 

Al someter estos datos al proceso de homogenización de coeficientes, el efecto más pronunciado se manifestó en la variable posesiones por punto, seguido por número de contactos por punto. Considerando que se obtuvo un tamaño de efecto medio en todas las variables, podemos concluir que la pista ancha ha propiciado una mayor continuidad en comparación con la pista de mayor longitud. 

No se han encontrado artículos científicos que hayan investigado específicamente la incidencia de la configuración del espacio de juego sobre el principio de continuidad. No obstante, se han identificado investigaciones que han encontrado correlaciones significativas en los efectos de la configuración y uso del espacio sobre la calidad del juego en voleibol, que remiten a variables ligadas a la continuidad (Barsingerhorn et al., 2013; Gil-Arias et al., 2016; Jorge Rodrigues et al., 2022; Paulo et al., 2016; Rocha et al., 2020a, 2020b).

Hallazgos afines a los nuestros fueron identificados por Rocha et al. (2020a) que compararon el comportamiento técnico-táctico en el side out (recepción, colocación y ataque) de juveniles masculinos en dos situaciones de 2 x 2 en espacio reducido (pista de 3 metros de largo por 3 metros de ancho y pista de 2 metros de largo por 4.5 de ancho). Se observa que al emplear la pista con más amplitud se mejora de manera significativa la ejecución técnica, el ajuste y la toma de decisiones en el side out. En cambio, al jugar en la pista cuadrada, los jugadores mejoran la efectividad de la recepción. Los autores sugieren que una pista más corta permite un mejor desempeño técnico en la recepción (Rocha et al., 2020a). En línea con nuestros hallazgos, es plausible afirmar que, al crear situaciones en pistas más anchas que largas, que favorecen la ejecución, el ajuste y la toma de decisiones en el primer toque, se potencia la continuidad del juego.

A diferencia de nuestro estudio, en que ambas pistas tenían la misma área total (27 m2), otros estudios analizaron el efecto de pistas de distintos tamaños sobre variables del juego. Jorge Rodrigues et al. (2022) compararon el desempeño táctico-técnico de jugadores principiantes en cuatro pistas de voleibol de distintos tamaños (3.0 x 3.0 m, 4.0 x 4.0 m, 4.6 x 4.6 m y 5.2 x 5.2 m). Los resultados obtenidos indican que en pistas más reducidas se mejora la ejecución de las acciones defensivas, al generar desplazamientos más cortos y facilitar el ajuste de sus intervenciones. Sin embargo, se identificó una disminución en la efectividad de los ataques, atribuible a la mayor exigencia de precisión en la ejecución de estas acciones debido al uso de un espacio limitado. Por otro lado, pistas más grandes proporcionaron mejores resultados en efectividad y tomas de decisión, especialmente en acciones ofensivas.

De igual manera, Gil-Arias et al. (2016) implementaron una unidad didáctica centrada en el voleibol, donde se manipularon diversos elementos de su lógica interna (el espacio de juego, la altura de la red y el número de participantes). El objetivo fue evaluar los efectos de estas modificaciones en la eficacia y la toma de decisiones del ataque en escolares. Los resultados obtenidos indicaron una mejora significativa en las variables analizadas. En relación con el espacio de juego, especialmente en las etapas iniciales del proceso, se ha observado que pistas más extensas promueven la toma de decisiones y la ejecución de ataques. Esto se debe principalmente al mayor espacio que se crea entre los defensores, facilitando así la identificación de espacios vacíos.

Sin embargo, Barsingerhorn et al. (2013) observaron que la trayectoria del balón influye en la elección de la acción a emplear, indicando que existe mayor dificultad en realizar recepciones que requieren un desplazamiento previo al contacto. Estos resultados ayudan a fortalecer la idea de que la dimensión y configuración del espacio de juego incide en el comportamiento motor de los jugadores.

En relación con la continuidad en voleibol 6 x 6, en categorías infantil y adulto, otros estudios han identificado que, aproximadamente, una cuarta parte de los puntos jugados se pierden exclusivamente debido a la falta de continuidad, principalmente por descoordinación del equipo en el side out (complejo I) o por dificultad en la ejecución de la primera acción (Callejón-Lirola, 2006; Ureña-Espa et al., 2013).

Respecto a la falta de coordinación en el equipo, nuestros hallazgos sugieren que el uso de situaciones reducidas en espacios con más amplitud que longitud parecen fomentar la ejecución de los tres toques permitidos por posesión, ya que se observó un incremento en la cantidad de complejos completados. Este resultado, combinado con el aumento en el número de posesiones y de contactos en cada jugada, indica que la pista ancha pareció estimular más al juego colectivo que la pista estrecha.

Referente a la dificultad de realizar la primera acción, diferentes estudios han profundizado sobre este tema (Afonso et al., 2009, 2012; Barsingerhorn et al., 2013; Paulo et al., 2016). Afonso et al. (2009) encontraron que la utilización de pases de dedos aumenta las probabilidades tener éxito en la recepción del balón en situaciones reales de juego con jugadores profesionales. 

Sobre los tipos de pase empleados en la primera acción, Paulo et al. (2016) concluyeron que una posición inicial de recepción más avanzada favorece el uso de toques de dedos en situaciones descontextualizadas entre jugadores expertos. En nuestra investigación, no hemos considerado la posición de los jugadores, pero se intuye que la pista ancha naturalmente genera una posición más adelantada en relación con la pista estrecha, ya que los jugadores suelen posicionarse centrados respecto al espacio de juego.

En el estudio que llevamos a cabo, hemos encontrado que se realizan más acciones de dedos en la pista ancha en comparación con la pista estrecha. Barsingerhorn et al. (2013) constataron que el toque de antebrazos se utiliza con mayor frecuencia en situaciones que requieren un mayor desplazamiento, especialmente cuando los balones se dirigen hacia la zona delantera. Por otro lado, sus resultados no mostraron diferencias significativas en la efectividad entre el empleo del pase de dedos y pase de antebrazos. 

Sin embargo, la aplicación del diseño cruzado AB-BA mostró que la variable toque de dedos en la primera acción presentó un efecto no sistemático. Se ha observado que, en promedio, se emplea con mayor frecuencia el pase de dedos en la segunda situación de manera sistemática, sin importar el orden utilizado. Esto significa que existió algún tipo de aprendizaje entre las dos situaciones planteadas que fomentó sistemáticamente el uso del toque de dedos en el segundo partido. Por lo tanto, a partir de los datos que obtuvimos, no podemos afirmar que es la variable amplitud de la pista la que favorece el uso del pase de dedos, pues puede haber otras variables que potencian este efecto. Para siguientes estudios de diseño cruzado, sugerimos un tiempo de lavado (wash-out) más largo para neutralizar posibles efectos de aprendizaje de la situación uno sobre la situación dos. 

Conclusiones

Este estudio confirma que la configuración del espacio de juego influye significativamente en la continuidad de las acciones de juego en voleibol. Este hallazgo fortalece la hipótesis de que al modificar la lógica interna de las situaciones de juego se generan distintos impactos en los participantes. De ahí que sea conveniente incorporar diferentes criterios para seleccionar y proponer las situaciones de aprendizaje (Gil-Arias et al., 2016). 

La lógica interna de cualquier deporte exige a los participantes resolver problemas referidos a la relación con los demás, el espacio, el material y el tiempo. Comprender los efectos que origina la modificación de alguna de estas relaciones sobre la conducta motriz es un factor clave para favorecer programas de iniciación deportiva personalizados (Gil-Arias et al., 2016; Martínez-Santos et al., 2020; Menezes-Fagundes et al., 2021; Parlebas, 2020). 

Según la literatura específica, analizar diseños cruzados a partir de varias pruebas t de Student es un procedimiento adecuado para estudios de diseño cruzado simples (Doménech, 2017). Este análisis estadístico permite incluir en el modelo las variables independientes y dependientes, las covariables período y secuencia, además de otras posibles covariables como diferencia de marcador, género, edad media. 

Este estudio presenta ciertas limitaciones, entre las cuales se destaca la ausencia de un grupo de control. Hubiera sido factible proponer en este estudio la inclusión de un grupo que participara en una pista de 5 m x 5 m. Asimismo, el corto periodo de lavado de cinco minutos también puede haber interferido en el efecto no sistemático observado en la variable toque de dedos en la primera acción. No obstante, es importante señalar que esta pista no tendría la misma superficie en metros cuadrados que las utilizadas en el estudio. Para futuras investigaciones, se podría contemplar la utilización de la pista estándar de mini voleibol como grupo de control. Además, sería pertinente explorar diseños alternativos de pistas anchas y estrechas que mantengan un área igual o similar de 36 m2 que posee la pista estándar (6 m x 6 m), para posibilitar comparaciones entre diseños de pista (5.08 m x 7.1 m y 7.1 m x 5.08 m, por ejemplo). 

Sugerimos la realización de nuevas investigaciones para ampliar la comprensión de los efectos del espacio de juego en diversos deportes de espacio dividido. Además, sería interesante explorar como influye la modificación de otros factores de la lógica interna sobre las conductas motrices de los jugadores al intentar apropiarse de los principios de juego de los deportes. 

A pesar de ser un estudio experimental y que se homogeneizaron los grupos según su nivel de juego, hubo partidos en que la diferencia del marcador al final del partido fue muy dispar entre los dos equipos. Por ello, al introducir la covariable diferencia de marcador en el modelo mixto, observamos diferencias superiores a un 5 % en la media de todas las variables estudiadas. Esto significa que la diferencia del marcador debe ser considerada puesto que ajusta los resultados obtenidos. Recomendamos que futuros estudios que quieran analizar la continuidad deberían considerar la diferencia de marcador como posible variable de ajuste.

La consistencia de los resultados en las variables estudiadas respalda la relevancia de las dimensiones del espacio en la enseñanza del voleibol. Los resultados corroboran la hipótesis planteada de que pistas de juego más anchas y cortas pueden favorecer más la continuidad que campos de juego más estrechos y largos. Este hallazgo proporciona informaciones interesantes para el diseño de situaciones de juego dirigidos a optimizar la iniciación deportiva de los jugadores empleando situaciones reducidas en deportes de espacio dividido.

Agradecimientos

Este trabajo fue respaldado por el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC) de la Generalitat de Catalunya (Cataluña, España).

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ISSN: 2014-0983

Recibido: 04 de abril de 2024

Aceptado: 16 de julio de 2024

Publicado: 01 de enero de 2024