¿Cómo afecta el cambio de entrenador al rendimiento físico de los jugadores de fútbol?

Abraham García-Aliaga

Pablo Rivas-González

Adrián Martín-Castellanos

Antonio Cordón-Carmona

Diego Muriarte Solana

Daniel Mon-López

Ignacio Refoyo Román

Moisés Marquina-Nieto

*Correspondencia: Moisés Marquina Nieto moises.mnieto@upm.es

Idioma del original Español

Citación

García-Aliaga, A., Rivas-González, P., Martín-Castellano, A., Cordón-Carmona, A., Muriarte-Solana, D., Mon-López, D., Refoyo Román, I. & Marquina-Nieto, M. (2024). How does changing coaches affect the physical performance of soccer players? Apunts Educación Física y Deportes, 155, 50-58. https://doi.org/10.5672/apunts.2014-0983.es.(2024/1).155.06

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Resumen

El presente estudio analizó la manifestación condicional de un equipo de fútbol semiprofesional cuando este sufrió un cambio de entrenador. Los resultados mostraron datos de carga externa extraídos de dispositivos de posicionamiento global (GPS) en dos periodos de la temporada —liga regular y fase de permanencia—, donde se pudo observar que el cambio de entrenador afectó al rendimiento físico del equipo, ya que fue significativamente superior en HSR Rel Dist (m) (t348.26 = 2.72; p = .007; d = .27), HSR Rel Count (t352.85 = 2.72; p = .007; d = .27), Sprints REL (t260.9 = 2.12; p = .003; d = .28), HMLD (m/min) (t156.69 = 7.07; p < .001; d = .74) y > 24 m/min (t354 = 2.16; p = .031; d = .23) con la metodología de trabajo del primer entrenador. Sin embargo, en las variables Distance (m) (t186.65 = 2.5; p = .013; d = .29) y Player Load (t188.94 = 2.63; p = .015; d = .29), se obtuvieron unos valores más elevados con el nuevo entrenador. No hubo, por tanto, una variación relevante y de mejora en los datos con el nuevo entrenador, lo que indicó que el rendimiento de un equipo se debió a múltiples factores y que correr más no garantizó un mayor rendimiento colectivo a nivel de éxito en el marcador.

Palabras clave: cambio de entrenador, demandas condicionales, GPS, rendimiento físico.

Introducción 

Conseguir rendimiento en deportes colectivos es un proceso complejo y que depende de diferentes variables (Del Coso et al., 2020; Gómez et al., 2019). Estos factores pueden ser intrínsecos (aspectos técnico-tácticos, ámbitos físicos, psicológicos y sociales), contextuales (jugar en casa) o extrínsecos, como las situaciones contractuales (Del Coso et al., 2020; Pappalardo y Cintia, 2018). Este conjunto de áreas se debe coordinar para optar a la consecución del mayor rendimiento posible y el entrenador es la figura responsable del rendimiento de su equipo (Grusky, 1963), siendo determinante e influyente en el desarrollo de dichas áreas (Flepp y Franck, 2021).

El rol de entrenador es crucial para la obtención de un buen rendimiento deportivo, pero presenta una inseguridad laboral alta (Bentzen et al., 2020; Tozetto et al., 2019). Esto se debe principalmente a que su rendimiento es evaluado constantemente, tanto por los dirigentes de los diferentes clubs como por la propia afición (Semmelroth, 2021). Además, frecuentemente depende de la consecución de victorias, títulos o la capacidad de lograr un rendimiento acorde a los objetivos establecidos por el club, de manera que el resultado es uno de los factores que más influencia tiene para evaluar a los entrenadores y tomar decisiones por parte de los responsables del club (Tozetto et al., 2019).

Una de las decisiones más frecuentes tomadas por los dirigentes cuando no se consiguen los resultados esperados es el cambio del entrenador (Flepp y Franck, 2021). Este cambio se realiza con el objetivo de revertir la situación del equipo, buscando la consecución de una mayor cantidad de puntos y mejora del rendimiento a corto plazo (Lago-Peñas, 2011). Este fenómeno se podría producir a lo largo de las 5 (Lago-Peñas, 2007) o las 10 siguientes jornadas (Gómez et al., 2021), disminuyendo el número de puntos que se consiguen a partir de las mismas (Balduck et al., 2010; Hughes et al., 2010; Lago-Peñas, 2007). 

Según Balduck y Buelens (2007), el nuevo entrenador necesitaría un periodo superior a un mes de trabajo para cambiar, desarrollar, implementar o reconstruir el juego del equipo, lo equivalente a más de 4 o 5 partidos. Este periodo de trabajo coincidiría con el aumento de los puntos obtenidos por el equipo (Lago-Peñas, 2011) y, a partir de esas semanas, la capacidad del nuevo entrenador podría ser la variable más importante para la mejora de estos resultados (Lago-Peñas, 2007). En esta línea, variables como la experiencia del entrenador (Balduck y Buelens, 2007; Gómez et al., 2021), el presupuesto del equipo (Gómez et al., 2021), si el entrenador fue un jugador de elite o si era novato en la competición no mostraron una mejoría significativa en los resultados de los equipos, aunque sí se detectó una mejora en los puntos registrados por los equipos tras el cambio de entrenador (Gómez et al., 2021).

Pese a que el cambio de entrenador es algo común, existe una gran controversia en relación con la existencia o no de este “efecto ganador”. Varios autores han resaltado en sus investigaciones que el cambio de entrenador no presentaba mejoras en el resultado de los equipos posteriormente (Anderson y Sally, 2013; Balduck y Buelens, 2007; De Paola y Scoppa, 2012; Heuer et al., 2011; Ter Weel, 2011; Van Ours y Van Tuijl, 2016).Como se puede apreciar, el rendimiento del equipo en relación con los puntos conseguidos ha sido un tema concurrente y con disparidad de estudios que sustentaban ambas vertientes. Pese a ello, los cambios de entrenadores se siguen produciendo, e influyen no solo en el aspecto psicológico o social de los jugadores sino también en el estilo de juego y el acondicionamiento físico del equipo, área sobre la que se han elaborado un número menor de estudios. 

Encontramos estudios que reportan la poca influencia de los entrenadores en el apartado físico de los equipos (Heuer et al., 2011). Guerrero-Calderón et al. (2021) concluyeron que los jugadores muestran mayores valores de alta intensidad con el anterior entrenador que con la entrada del nuevo en los entrenamientos, mientras que el resto de los valores del entrenamiento y los registros de los partidos no mostraron diferencias en relación con el cambio de entrenador. Indican que las diferencias en el entrenamiento podrían ser explicadas por el uso de tareas diferentes (espacios amplios vs. espacios reducidos) o por la búsqueda de un estilo de juego distinto.

Sin embargo, también encontramos autores que destacan diferencias significativas en estos cambios de entrenador. Castellano y Casamichana (2016) observaron diferencias en el comportamiento del equipo en diferentes cambios de entrenadores con los mismos jugadores. Radzimiński et al. (2022) destacaron un aumento en la distancia total, distancia total por minuto, la distancia corriendo a alta velocidad (19.8-25.1 km∙h−1) y en la distancia a esprint (> 25.2 km∙h−1) con la incorporación del nuevo entrenador, destacando que su duración fue limitada en torno a 5 partidos, perdiéndose en la comparación cuando se utilizaban 10 partidos. Incluso en otros deportes colectivos se ha señalado que el cambio de entrenador podría generar demandas de carga externa e interna diferentes, ya que es común que se adopten diferentes estrategias para lograr el rendimiento esperado (Salazar et al., 2020).

Debido a la poca información en la literatura existente sobre la influencia del cambio del entrenador en el rendimiento físico de un equipo de fútbol, el objetivo de este estudio fue analizar si existían diferencias en el rendimiento físico que presenta un equipo cuando se realiza un cambio de entrenador, tanto a nivel general como por posiciones de juego, con el fin de aportar nueva información sobre este hecho tan poco estudiado desde la perspectiva del rendimiento físico.

Material y método

Enfoque experimental del problema

El trabajo se enmarcó dentro del proyecto de investigación: “Factors that determine sports performance in high competition” por la Universidad Politécnica de Madrid y el Instituto Nacional de Educación Física, Deportes y Recreación, Dirección Provincial de Deportes “Pinar del Río”, República de Cuba. Resolución 10012023-DPD-m-Pinar del Río. Centro de Estudios del Entrenamiento Deportivo en Alto Rendimiento Deportivo (CEEDAR).

Se llevó a cabo un análisis descriptivo de las actividades físicas que realizaron los futbolistas semiprofesionales utilizando los datos físicos de rendimiento de un equipo de fútbol semiprofesional. El equipo militaba en la 2.ª división B de España. Cada participante dio su consentimiento y el comité ético fue aprobado en el proyecto “Factores psicológicos y actividad física en la población residente en España” del Laboratorio de Deportes, en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte – INEF, el 7 de mayo de 2020, y actualmente vigente. La elección de dicho club se basó en el acceso a la toma de datos con los dispositivos GPS a lo largo de una temporada completa. Para llevar a cabo la investigación, se analizaron tres fases de la temporada 2020/2021, dividiéndose de la siguiente manera: la primera fase comprendió desde la jornada 1.ª a la 8.ª, la segunda fase transcurrió de la 9.ª jornada a la 17.ª y en la tercera fase se incluyeron los datos correspondientes entre la jornada 19.ª y la 26.ª. La elección y división de estas jornadas ligueras se debió a la falta de datos correspondientes a la jornada 18.ª, por lo tanto, se dividieron el resto de las jornadas de modo que contaran con el mismo número de jornadas disputadas. La primera fase y la segunda fase hicieron referencia a los partidos disputados con el entrenador en la temporada regular, mientras que la tercera fase fueron partidos disputados con la incorporación de un nuevo entrenador y cuerpo técnico, después del cese del anterior entrenador para disputar los play-off de descenso de categoría correspondientes a la nueva normativa de la RFEF. Los equipos formaban un grupo nuevo en base a la posición en la que habían quedado en la temporada regular enfrentándose a los equipos a los que no se habían enfrentado anteriormente. La posición en el grupo determinó los ascensos y descensos de categoría. Por otro lado, se tomaron los datos en función de la posición de los jugadores, siendo estos: centrales (CEN), laterales (LAT), mediocentros (MED), extremos (EXT) y delanteros (DEL).

Recopilación y análisis de datos

La obtención de los datos físicos relativos a la carga externa de los jugadores en los partidos oficiales se llevó a cabo empleando un dispositivo inercial (unidad inalámbrica de medición inercial, WIMU) denominado WIMU PROTM (RealTrack Systems, Almería, España), el cual integra diferentes sensores (cuatro acelerómetros, un giróscopo, un magnetómetro, GNSS, UWB, entre otros) (Giménez et al., 2020). El dispositivo registró los datos pertenecientes al acelerómetro, giróscopo y magnetómetro a una frecuencia de muestreo de 100 Hz, mientras que los datos pertenecientes a la localización (GNSS) fueron registrados a 10 Hz. La fiabilidad y validez de este dispositivo ha sido evaluada para el análisis de las variables de posicionamiento mediante GNSS (Muñoz-Lopez et al., 2017) y UWB (Bastida Castillo et al., 2018), y se obtuvieron buenos resultados a una frecuencia de muestreo de 5 Hz y 20 Hz, respectivamente. Para la realización de este estudio, los datos fueron grabados en una memoria interna de ocho GB que incorporaba el dispositivo. Para anexionar el dispositivo a los jugadores, este se introdujo en un arnés específico diseñado para incorporarlo a cada jugador. Las variables se muestran en la Tabla 1. 

Tabla 1

Descripción de las variables analizadas en el estudio.

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Análisis de datos

El análisis de datos se realizó con la versión 25.0 de IBM SPSS para Windows (IBM Corporation, Armonk, NY, USA). El supuesto de normalidad se comprobó mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov y el de igualdad de varianzas, mediante la prueba de Levene. Para el análisis del efecto de la fase de la temporada y la posición del jugador sobre cada una de las variables físicas se realizaron ANOVAs de 1 factor intersujetos. Se aplicó Tukey como prueba post hoc. La prueba t de Student para muestras relacionadas se utilizó para comparar el cambio de entrenador y las variables físicas. Se calculó el tamaño del efecto mediante la d de Cohen, se interpretó como: trivial < 0.2; pequeño = 0.01; moderado = 0.6-1.2; grande = 1.2-2.0; muy grande = 2.0- 4.0; y extremadamente grande 4.0 (Batterham y Hopkins, 2006; Hopkins et al., 2009). Los resultados se expresaron como media ± desviación estándar (M ± SD) y el nivel de significación estadística se fijó en α = 0.05.

Resultados

El rendimiento físico de los jugadores con respecto al cambio de entrenador obtuvo datos significativamente mejores con el entrenador anterior. Los datos fueron significativamente superiores en HSR Rel Dist (m) (t348.26 = 2.72; p = .007; d = .27), HSR Rel Count (t352.85 = 2.72; p = .007; d = .27), Sprints REL (t260.9 = 2.12; p = .003; d = .28), HMLD (m/min) (t156.69 = 7.07; p < .001; d = .74) y > 24 m/min (t354 = 2.16; p = .031; d = .23), como se puede observar en la Tabla 2. Sin embargo, en las variables Distance (m) (t186.65 = 2.5; p = .013; d = .29) y Player Load (t188.94 = 2.63; p = .015; d = .29), se obtuvieron unos valores más altos con el nuevo entrenador.

Tabla 2

Comparación entre los entrenadores.

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En el análisis de las variables físicas analizadas en función del tercio de la temporada se observaron diferencias significativas en variables como Distance (m) (F2,297 = 3.74; p = .25), siendo estos valores superiores en el tercer tercio en comparación con el segundo (p = .027), y en Explosive Dist (m/min) (F2,338 = 11.57; p < .001), siendo el tercer periodo el que presentó un número menor (p <. 001 en ambas comparaciones), las cuales se pueden observar en la Tabla 3.

Tabla 3

Comparación por tercios de la temporada.

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En las variables relacionadas con el High Speed Running, se detectaron diferencias significativas en HSR Rel Dist (m) (F2,353 = 6.06; p = .003), siendo favorables al segundo periodo en comparación con el tercero (p = .002), y en HSR Rel Count (F2,353 = 5.11; p = .006), donde se mantuvo un número superior de esfuerzos en el segundo tercio en relación con el tercero (p = .004).

También se reportaron diferencias significativas entre Sprints Rel (F2,353 = 3.46; p = .033) realizados en el segundo y el tercer tercio de la temporada, acumulándose en el final un valor menor (p = .026); el número de metros por minuto a más de 24 km/h también presentó diferencias significativas (F2,353 = 3.11; p = .046), con valores más altos en el primer periodo que en el tercero (p = .035), y el HMLD (m/min) (F2,353 = 25.04; p < .001), donde en el primer y segundo tercio se obtuvieron mejores resultados que en el tercero (p < .001 en ambos casos).

Por último, respecto al Player Load presentado por los jugadores, se observaron diferencias significativas (F2,353 = 3.76; p = .024) entre el segundo y tercer periodo, siendo estas demandas superiores en el tercer periodo (p = .021).

El análisis en función de la posición de los jugadores en el terreno de juego con la llegada del nuevo entrenador no mostró resultados significativos en ninguna comparación (p > .05). Los datos descriptivos muestran diferencias entre ellos (véase Tabla 4).

Tabla 4

Datos descriptivos por posiciones en función del entrenador.

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El resultado final de los partidos en el primer tercio fue empate, victoria, derrota, empate, derrota, victoria, empate, derrota, consiguiendo un total de 9 puntos. En el segundo tercio, derrota, empate, victoria, derrota, derrota, derrota, victoria, empate, empate, con un total de 9 puntos. En el tercer tercio (con el nuevo entrenador), victoria, victoria, victoria, derrota, derrota, empate, victoria, victoria, con un total de 16 puntos.

Discusión

El objetivo del presente estudio fue determinar las posibles diferencias en el rendimiento físico tras un cambio de entrenador. Los datos muestran que el cambio de entrenador obtuvo un mayor número de puntos sin presentar una mejoría en las variables físicas, solamente tuvo una mayor distancia (m), Explosive Distance (m), Max Speed (km/h) y Player Load en los partidos, en línea con los resultados encontrados (Guerrero-Calderón et al., 2021). Este resultado nos indica que se corrió más en el último tercio, lo que puede demostrar que la importancia del cambio de entrenador radica en un estilo de juego diferente (Augusto et al., 2021) con el cual el nuevo entrenador consiguió más puntos (Lago-Peñas, 2011; Lago-Peñas, 2007; Balduck y Buelens, 2007; Gómez et al., 2021). Este hecho puede ser explicado por la visión del entrenador en los aspectos condicionales de los jugadores, priorizando las acciones a alta intensidad en zonas más cercanas a la portería del equipo rival.

Por otro lado, con el entrenador anterior se obtuvieron mejores resultados en carreras > 24 km/h (m/min) y HSR Rel Dist (m), dos variables que muestran la intensidad en la carrera de los jugadores y la influencia que tienen los entrenadores en el tipo de carrera que realizan los jugadores en los partidos (Flepp y Franck, 2021, Guerrero-Calderón et al., 2021). Este hecho puede venir dado por la libertad o limitación de los movimientos de los jugadores y, por consiguiente, la toma de decisiones de los jugadores. Un ejemplo de ello puede ser que con un entrenador tienen movimientos muy marcados y se limitan a hacer lo que este dice y con otro tienen más libertad en la toma de decisiones y quizás no hacen carreras que provoquen estas velocidades, tomando una mejor decisión para el juego.

Después del análisis de los resultados encontrados se ha observado que es importante dónde se debe correr a una intensidad mayor y qué distancia, entre otros aspectos, de manera que con el nuevo entrenador se obtuvieron, en el mismo número de partidos —ocho— casi el doble de puntos (16 vs. 9). Esto es determinante para la clasificación que ocupa el equipo en la tabla, evitando el descenso o consiguiendo el ascenso, en línea con los estudios que demostraron que el nuevo entrenador tiene influencia en los puntos obtenidos en las jornadas 5 a 10 desde su llegada al equipo (Balduck et al., 2010; Flepp y Franck, 2021; Gómez et al., 2021; Hughes et al., 2010; Lago-Peñas, 2007, 2011). 

Por otro lado, pese a que el cambio de entrenador es algo común, existe una gran controversia en relación con la existencia o no de este “efecto ganador”. Varios autores han resaltado en sus investigaciones que el cambio de entrenador no presentaba mejoras en el resultado de los equipos posteriormente (Anderson y Sally, 2013; Balduck y Buelens, 2007; De Paola y Scoppa, 2012; Heuer et al., 2011; Ter Weel, 2011; Van Ours y Van Tuijl, 2016). Además, se indicó que la recuperación del rendimiento era independiente de la continuidad o no del entrenador (Kattuman et al., 2019; Scelles y Llorca, 2021). De esta manera, inferían que la posible obtención de un mejor rendimiento se podría deber más a factores sociales como el liderazgo y la motivación y el comportamiento del grupo (Kattuman et al., 2019).

Por ello, la importancia del cambio de entrenador por parte de los dirigentes del club debe responder a datos objetivos y no a “mala suerte” (Flepp y Franck, 2021), buscando conseguir una mayor cantidad de puntos a corto plazo para que a medio plazo se busque cambiar el estilo de juego del equipo, y que los jugadores hagan esfuerzos eficaces, sin que ello conlleve correr una mayor distancia a mayor intensidad. En línea con los resultados encontrados en el estudio, Kleinknecht y Würtenberger (2021) señalaban que el cambio podría ser beneficioso para clubs que experimentan un descenso del rendimiento y que el perfil del sucesor debería estudiarse según los objetivos que presentase el club, analizando si la incorporación del nuevo entrenador debía realizarse con una persona externa o interna a la organización, destacando que los ajenos al club podrían conseguir que los jugadores mostraran un esfuerzo mayor.

Conclusión

El cambio de entrenador es una situación que busca mejorar el rendimiento del equipo. Este hecho se debe producir tomando como referencia datos objetivos (número de puntos, puesto en la clasificación, objetivos no cumplidos…). A la hora de elegir al sustituto se debe tener en cuenta el estilo de juego que tendrá el nuevo entrenador, el cual es más determinante que las variables físicas. 

Este estudio pone de manifiesto que las variables físicas no deben estudiarse de forma aislada sino en conjunción con variables técnicas y tácticas con el fin de poder sacar resultados transferibles a la práctica. Por ello, se debe seguir investigando sobre la relación de estas variables en futuros estudios para conocer la influencia en su conjunto.

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ISSN: 2014-0983

Recibido: 10 de febrero de 2023

Aceptado: 31 de mayo de 2023

Publicado: 1 de enero de 2024