Tabla 2

Evidencia de los principales suplementos nutricionales.

Proteína de suero de leche (Whey Protein)
El grupo suplementado con proteínas de leche mostró un mayor tamaño de callo óseo en área y volumen que el grupo control en fractura de tibia en ratones (Yoneme et al., 2015).
En artroplastia de rodilla, el grupo placebo presentó una gran atrofia del músculo cuádriceps -14.3 ± 3.6% de cambio después de 2 semanas de la cirugía comparado con -3.4 ± 3.1% del grupo suplementado. También se evidenciaron efectos positivos a las 6 semanas de seguimiento (Dreyer et al., 2013).
En adultos mayores con sarcopenia, una revisión sistemática concluyó que el aporte de proteínas más ejercicios de fuerza fue significativamente más efectivo en prevenir la pérdida de masa muscular relacionada con la edad que el grupo que utilizó solamente ejercicios de fuerza sin aporte de suplementos de proteínas (Liao et al., 2017).
Creatinina 
En deportistas luego de 2 semanas de inactividad, el grupo suplementado con creatina presentó mayores cambios en el área transversal muscular de la fibra (10% mayor) y en fuerza máxima (25% mayor) durante la fase de rehabilitación (Hespel et al., 2001).
En personas sanas en fase de inmovilización, la creatina fue capaz de evitar la disminución de GLUT4 muscular durante la inmovilización, aumentando su contenido en un 9% durante el período de rehabilitación comparado con una disminución de un 20% en el grupo control (Eijnde et al., 2001).
Beta hidroxi metil butirato (β-hmb)
En una revisión sistemática realizada en adultos mayores en prevención de sarcopenia, se obtuvo una mayor masa muscular en el grupo HMB (.352 kg; 95%IC .11-.594) sin mostrar cambios significativos en la fuerza muscular (Wu et al., 2015).
El uso de β-hmb fue más potente en reducir el catabolismo muscular (.38 ± .04) que la leucina (.76 ± .04) y que el α-cetoisocaproato (.56 ± .04, p < .05) (Duan et al., 2018).
Curcuma
En una revisión sistemática en pacientes con artritis, disminuyó el dolor y los síntomas relacionados con la inflamación, con resultados similares al ibuprofeno y el diclofenaco sódico (Daily et al., 2016).
La revisión mostró la utilidad de la curcumina en pacientes con osteoartritis inhibiendo la expresión génica de COX-2 pero no de COX-1, inhibiendo la producción de óxido nítrico a diferencia de los analgésicos antiinflamatorios (AINE) estudiados. Sin embargo, fue menos efectivo que los AINE en bloquear la PGE2 (Henrotin et al., 2013).
Vitamina D
El receptor de vitamina D (VDR) se expresa en las células satélite musculares que son responsables de la regeneración muscular luego de una lesión (Braga et al., 2017).
Una revisión sistemática publicada el año 2015 mostró resultados contradictorios entre los estudios incluidos en la recuperación de la fuerza luego de inducir un daño muscular por ejercicio (Minshull et al., 2015).
Omega 3
En un estudio de 6 semanas de suplementación con 3 gramos al día no se alteró la fuerza, el dolor ni los marcadores inflamatorios de daño muscular, luego de 50 repeticiones máximas de ejercicios excéntricos isocinéticos de extensión de rodilla (Da Boit et al., 2017).
En un estudio realizado con 22 jugadores de pádel, la suplementación de 6 gramos al día de aceite de pescado (con 1.2 g de DHA y 2.4 g de EPA) durante 4 semanas disminuyó la producción de TNFα, IFN-γ e IL-1β, aumentando la IL-6 e IL-10 (Delfan et al., 2015).
En un estudio realizado amb deportistas jóvenes de resistencia aeróbica suplementados con 3.6 gramos al día durante 6 semanas no se alteraron los niveles de citoquinas, creatinquinasa o el número de células inmunitarias (Da Boit et al., 2017).
Extracto de cereza ácida (tart cherry)
Un estudio in vitro mostró que el extracto de cereza ácida puede reducir la actividad de la COX-2 en un 38.3%, lo cual es equivalente al efecto de antiinflamatorios como el ibuprofeno o el naproxeno (Bell et al., 2013).
Un estudio realizado con 16 jugadores semiprofesionales de fútbol utilizando 30 ml de extracto de cereza ácida dos veces al día, mostró que los niveles de IL-6 disminuyeron significativamente comparado con el grupo control después de un ejercicio intenso intermitente (Bell et al., 2016).
En corredores de media maratón, los marcadores inflamatorios fueron 47% menores en el grupo de extracto de cereza ácida comparado con placebo (p = .053) (Levers et al., 2016).