Presentación – Apunts 5

Joan Carles Burriel

Idioma del original

480Visitas

Resumen

Los estudios estadísticos nos demuestran que la espectativa de vida en los países desarrollados ha aumentado considerablemente debido a los progresos de la investigación médica. Así mismo, diversos expertos opinan que, si además, se produjeran cambios en los hábitos de vida cotidianos y se mejorara el tipo de alimentación, respetando ciertas limitaciones dietéticas, la máxima expectativa de vida podría situarse mucho más lejos de los límites actuales. Esto quiere decir que, en estas sociedades, cada vez puede ser más largo el período de vida en el cual la persona ve como sus capacidades físicas y psíquicas en lugar de seguir una progresión ascendente, sufren un lento e imparable deterioramiento. Pero este incremento de la esperanza de vida, no puede ir estrictamente ligado solo a un deseo de mayor longevidad. La persona que ya ha sobrepasado seis décadas de su vida no espera, no. quiere, pasar otras dos, o tres, sentado en una silla de ruedas. Es decir la esperanza de la persona mayor no está depositada en vivir más, sino en «vivir más de la mejor manera posible». No se desea un aumento cuantitativo de vida, sinó un aumento cuantitativo y cualitativo. La sociedad actual ha de responder a las necesidades y esperanzas de los miembros que ya han terminado su ciclo de actividad productiva, pero que pueden aportar muchos otros valores al resto de la sociedad. La práctica de la actividad física es uno de los hábitos cotidianos que puede contribuir a esta mejora cualitativa. Es cierto que no está demostrado científicamente que el ejercicio físico prolongue la vida, pero sí que se reconoce que tiene la virtud de poder atrasar ciertos deterioros funcionales que acompañan al proceso de envejecimiento, como la pérdida de masa muscular, de la flexibilidad, de la eficacia cardíaca y pulmonar, etc. Inclusive puede ayudar a normalizar la presión sanguínea, el nivel de azúcar y colesterol en la sangre… Pero hoy por hoy, en España, la práctica deportiva no es un hábito incorporado al «modus vivendi» de la sociedad anciana española. En 1980, en los estudios realizados por Garcia Ferrando, solo un 5% de la población española mayor de 61 años, practicaba algún deporte.

ISSN: 2014-0983

Publicado: 1 de julio de 1987