Gaudí. El arquitecto de Dios

Ramon Balius

Idioma del original

Citación

Balius i Juli, R. (2002). Gaudí. El arquitecto de Dios. Apunts. Educación Física y Deportes, 67, 140-141.

838Visitas

Resumen

Con este título, J. J. Navarro Arisa ha publicado, con motivo del Año Gaudí (1852-1926), una biografía de quien fue “arquitecto genial e innovador, ciudadano de orden, catalanista, conservador y de una aferrada y casi obsesiva devoción religiosa”. Pensamos que estas credenciales, unidas a la estética singular y variada de su obra, justifican sobradamente que le dediquemos algunas portadas de Apunts durante este año 2002, en el cual se conmemoran 150 años de su nacimiento. Sorprende que, hace 50 años, su centenario hubiese pasado prácticamente desapercibido. Como afirma Óscar Tusquets, “únicamente lo reivindicaron cuatro especialistas y cuatro personas del mundo eclesiástico, mientras que para la mayoría de barceloneses era sinónimo de mal gusto y a nivel internacional era totalmente ignorado”. Sin duda, la cultura que se nos había inculcado después de la Guerra Civil, era responsable de estos desgraciados criterios estéticos, contrarios a todo aquello que se apartaba de la norma rutinaria de severa raíz integrista. Hoy Gaudí tiene un prestigio universal perfectamente justificado. Según Ignasi Aragay, en él “se dan la mano el arte y la ciencia, la naturaleza y la artificiosidad”. La catalanidad del arquitecto es indudable y paralela a su religiosidad. Para Francesc Pujols, Gaudí “es un gigante del genio catalán (…) que demuestra lo que somos y lo que podemos ser los catalanes”. Le entusiasmaba crear conjuntos de cuatro campanarios, para producir inconscientes evocaciones de las cuatro barras. Estando en Cataluña únicamente quería hablar en catalán; César Martinell recuerda que cuando Unamuno visitó las obras de la Sagrada Familia, Joan Maragall tuvo que actuar como traductor entre el genial arquitecto y el famoso filósofo. Se ha dicho también que encarnaba a la vez la sensatez y el arrebato. Nos gustaría poder añadir algo que relacionara a Gaudí con la actividad deportiva. Estos días, aprovechando el Centenario del más popular y emblemático jugador del Barça, Josep Samitier, se ha especulado con que éste había llevado a Gaudí al fútbol. Nos ha sido imposible documentar este hecho y personas tan gaudinianas como mosén Bonet, rector de la Sagrada Familia y el profesor Joan Bassegoda Nonell, posiblemente el estudioso que mejor conoce a Gaudí, han puesto en duda esta circunstancia. De Antonio Gaudí se ha dicho si era homosexual –porque era poco afortunado tratando a las mujeres–; si era ecologista, concepto por entonces desconocido; si era masón o adorador del diablo, basándose en interpretaciones malintencionadas de algunos detalles de sus obras. No nos ha de extrañar, pues, que se le haya atribuido un pecado menor, como es haber estado una vez en el fútbol.

ISSN: 2014-0983

Publicado: 1 de enero de 2002